El sol empieza a calentar la mañana, despejando el frío que se cuela entre las primeras horas del día. El cuerpo se despierta, y junto a él, un rugir en el estómago suena como coro en cientos de familias que sienten ese apretón sin perdón. Esa hambre que no entiende de horarios y que se posa como una alarma, pidiendo a gritos ser saciada.
En medio de este panorama, un grupo de mujeres decidió no esperar más y crearon “Las Madrinas” de Medellín, un batallón de mujeres que combate el hambre desde hace 6 meses con bonos de alimentos, mercados y una promesa: no parar hasta erradicar la hambre.
Mary Mejía, quien inició este proyecto, recuerda cómo todo comenzó. “Hace seis meses, un empresario me llamó”, cuenta mientras pasa fotos de las primeras entregas. “Él sabía de la necesidad que crecía en Medellín. Me dijo: ‘Mary, necesitamos volver a lo que hacían nuestras abuelas, ayudar de verdad a quien lo necesita’”. Así surgió “Las Madrinas”, un grupo apoyado por la alianza Medellín Cero Hambre, en conjunto con la Alcaldía, Bancos de Alimentos, empresarios, ciudadanos y organizaciones sociales.
Mary explica que se bautizaron por una sensación de compromiso: “Cuando eres madrina de un niño, tienes una responsabilidad sagrada, y así queríamos que la palabra encapsulara nuestro propósito: ser responsables de ayudar a quienes más lo necesitan”.
El primer paso fue entender la magnitud del problema. Las gestoras sociales caracterizaron y el censo dio que 90.000 familias en Medellín tienen inseguridad alimentaria y serían beneficiadas por Las Madrinas. Se halló que solo reciben una comida al día, algunos niños asisten a clases sin haber probado bocado desde la noche anterior o se acuestan temprano para que el rugido del hambre no empiece a repuntar.
Tras la identificación de las familias, las madrinas se encargan de la entrega de vales de mercado, que cubren una canasta alimentaria mensual de $150.000 con arroz, aceite, leche, huevos y otros alimentos esenciales.
Es un acompañamiento integral y no consiste en entregar mercados sin más, sino de hacer un seguimiento a cada familia para asegurarse de que la ayuda llegue a quienes la necesitan o asistirles si tienen otras necesidades de base.
Las primeras entregas se realizaron en las comunas 1, 2, 3 y 4, donde el hambre no daba espera a tanta familia.
Las gestoras sociales coordinan con las madrinas para hacer las entregas. “Nosotras además de entregar mercados, vamos a las casas, conocemos las historias de cada familia, y nos aseguramos de que también podamos brindarles apoyo en otras áreas, como la búsqueda de empleo o la educación de los niños”, comenta Mary.
En cada visita, descubren una nueva necesidad: desde mujeres que requieren apoyo legal hasta familias con necesidades específicas como educación para sus hijos o tratamiento médico.
Una madrina cuenta cómo intervino al ver a una mujer tejedora que trabajaba solo algunos días y no tenía con quién dejar a sus hijos pequeños. “Le gestionamos un colegio para sus niños y con donaciones conseguimos una máquina de coser para que pueda generar más ingresos desde su casa”, dice una madrina.
En otro caso, una abogada del grupo logró ayudar a una mujer que sufría maltrato intrafamiliar y tenía problemas para reclamar la cuota alimentaria de su esposo.
O el día en que las madrinas visitaron un barrio de dificil acceso: “Las escaleras del barrio estaban tan deterioradas que era casi imposible subir. Vimos a un señor ciego bajar por estas escaleras rotas” y gestionaron con donaciones la reparación de las escaleras que ahora benefician a toda la comunidad.
Donaciones para el hambre
Recientemente, en una donación realizada, se logró recolectar 73 toneladas de alimentos no perecederos que fueron entregadas a instituciones y colegios de barrios censados.
El lema de “no pararemos hasta que se acabe el hambre en la ciudad” no es solo un grito de guerra, sino una promesa de seguir luchando hasta ver resultados.
En solo seis meses, “Las Madrinas” han logrado recaudar más de $1.500 millones. Hasta ahora se han entregado 1.486 vales de mercado y se han distribuido 101 en el Popular, 97 en Aranjuez, 390 en Santa Elena, 118 en Villa Hermosa y 172 en La Candelaria, entre otros sectores.
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En un país donde la desconfianza hacia las donaciones es común, la transparencia de Madrinas pretende ser verídica. Los recursos se gestionan a través de la corporación Presentes, que permite hacer donaciones únicas o recurrentes desde $10.000 en adelante en su página web.
Pero el compromiso de estas mujeres trasciende en los números. “He visto madrinas que se convierten en la luz de familias, es increíble llegar a las casas y ver que lo único que necesitaban eran ser escuchados”.
Estas mujeres que avanzan paso a paso llevando a cuestas mercados, le hacen frente a una problemática que se consume la ciudad a bocados grandes y silenciosos. Por eso, si esta interesado en donar, puede visitar la página www.presentes.co y realizar su aporte.