Jesús*, propietario de un carro particular que reside en Bogotá, recibió en los últimos días una fotomulta hecha en Medellín. Al ver este documento se sorprendió por dos razones: primero porque hace más de un año no viene a Medellín y segundo porque se dio cuenta de que lo único que coincidía en la imagen de la infracción fue la placa, porque su carro ni es una camioneta ni es de color oscuro.
“Me siento sorprendido por lo que sucedió con mi carro, sobre todo porque hace mucho tiempo no voy a Medellín. No sé si esta situación será normal o es un hecho aislado, en el que yo tuve la mala fortuna de que me la hicieran”, relató el conductor afectado por esta anomalía, la cual puso en conocimiento de la Secretaría de Movilidad de Medellín para que le sea retirada la infracción de los registros de su cédula y de la placa de su carro, ya que el original está registrado en Bogotá y el “falso” en Sabaneta.
La sanción, de acuerdo con los registros, la hicieron por irrespetar la medida del pico y placa, luego de que el vehículo que llevaba la placa clonada transitó por la cámara de la avenida Regional con la calle 17 sur, en las afueras de Bancolombia, por lo que, en caso de no hacer la reclamación, la multa que debería pagar es de 573.000 pesos.
Contrario a lo que le sucedió a Jesús, las cámaras de fotodetección han permitido detectar, anualmente en promedio, unos 1.500 vehículos cada año en Medellín con distintas irregularidades, entre los que se encuentran las placas gemeliadas, adulteradas o a las cuales les tapan sus dígitos para evadir las normas de tránsito que puedan ser captadas por estas cámaras.
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De hecho, en los primeros 10 días de la entrada en servicio de esta modalidad de sanción digital, que comenzó el 15 de abril de 2011, se informaron 37 casos de placas duplicadas de carros y otras nueve de motos que fueron captadas con estos dispositivos, lo que de inmediato dejó en evidencia la cantidad de vehículos que pueden transitar por las calles con una placa igual.
Redes de clonación
Detrás de la clonación de placas de vehículos hay redes articuladas dedicadas a la comercialización de vehículos hurtados en zonas alejadas del país, aunque también hay registros de automotores que son vendidos con estas irregularidades en las laderas de Medellín y el Valle de Aburrá.
Rolando Plazas, vocero del colectivo Motos Robadas y Encontradas, explicó que “Medellín vivió un drama importante con el tema de la falsificación de placas, del gemeleo. En sectores como la nororiental se especializaron mucho en plaquetear motocicletas, ahora no solamente gemelean la placa sino también la numeración de chasis”.
Muchos de los vehículos con placas gemeliadas son comercializados principalmente a través de plataformas sociales, a precios económicos, y al hacer las primeras verificaciones, los afectados no se dan cuenta de que la placa no es la que corresponde a menos de que le haga una labor pericial más intensiva, en el cual se puede corroborar si el vehículo presenta la placa alterada o no.
“Muchas veces las personas por descuido no van a la Sijín, sino que le dicen al policía de vigilancia que verifique la placa y claro, puede ser muy ducho el policía y mira la placa y claro, la placa está buena porque fue robada de otra moto, o sea es una placa legal. Lo único que estaría ahí adulterado serían los documentos, pero eso solamente se daría cuenta un perito documentólogo, entonces no es tan fácil”, agregó Plazas.
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De hecho, en el mercado negro que opera en distintos puntos de la ciudad, una placa clonada, con documentación incluida, se puede conseguir de entre 180.000 y 200.000 pesos.
No todas son clonadas
Esta problemática no solo está vinculada con las placas duplicadas desde sus bases, sino aquellas que son adulteradas para evadir infracciones de tránsito con adhesivos para cambiar algunas letras, como L o F por E, o números como el 3 por el 8, solo por citar algunos ejemplos.
“Nos hemos encontrado mucho con vehículos a los que les llegan fotomultas y cuando van a mirar al que se lo impusieron, se dan cuenta de que son placas alteradas de otro vehículo sobre la original, con tan mala fortuna que quedó con la placa con la de otro vehículo, al que le llega la infracción”, relató un agente de la Secretaría de Movilidad de Medellín.
Para controlar este fenómeno y evitar que por un dígito cambiado haya una infracción a quien no corresponde, los guardas de tránsito realizan operativos en las calles para sancionar a los infractores, quienes no solo deberán pagar la multa de 573.000 pesos por la placa alterada, sino también puede terminar pagando hasta 108 meses de prisión.
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*Nombre cambiado