El libro de discordias sobre las elecciones legislativas de Venezuela programadas para diciembre tiene un nuevo capítulo. Henrique Capriles, uno de los opositores más destacados del país, era el único que había aceptado ir a los comicios parlamentarios, no obstante, anunció que solo participará si el régimen de Nicolás Maduro acepta tener observación internacional de la Unión Europea.
Esa petición de Capriles enreda la participación de los contrapesos del oficialismo debido a que este último ha rechazado en ocasiones anteriores las misiones y sugerencias de organismos externos. Sin ir muy lejos, se retiró de la Organización de Estados Americanos (OEA) y con esto se perdió la presencia de esa instancia multilateral en el territorio nacional. Entre tanto, también cuestiona los reportes e Derechos Humanos del Consejo de Seguridad de la ONU y de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos.
Desde finales de agosto el otro opositor, el proclamado presidente interino Juan Guaidó, se apartó de esas elecciones. Este último intentó formar un “pacto unitario” de los detractores de Maduro en agosto, pero no lo logró. Una más, Maria Corina Machado, también se alejó del mecanismo electoral porque considera que “los criminales no salen con votos”, como lo indicó en una alocución suya del 29 de agosto.
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“Para tener una elección que le sirva a Venezuela se necesita que venga una observación externa que permita auditar el proceso para que tenga la transparencia de los estándares internacionales”, aseguró Capriles. Hay dos temas que dividen: la auditoría de los comicios y la fecha de estos.
En principio las parlamentarias están programadas para el 6 de diciembre y la Asamblea Nacional que se elija debería asumir funciones el 5 de enero de 2021. El Consejo Nacional Electoral, que es administrado por personajes cercanos al régimen, no ha mostrado intención alguna de mover el día de la votación a pesar de las dudas de la oposición y de la comunidad internacional, el riesgo del coronavirus y el daño de los equipos de votación por un incendio que se presentó en marzo.
El alto representante de la Unión Europea para las Relaciones Exteriores, Josep Borrell, envió a dos diplomáticos a Caracas esta semana con el objetivo de dialogar con los diferentes bandos políticos y sondear la posibilidad de aplazar la fecha seis meses. Es decir, para junio de 2021.
Esas parlamentarias son cruciales. La Asamblea Nacional es la única institución de ese país que está controlada por la oposición, después de obtener la mayoría en las legislativas de 2015. No obstante, al perder la Asamblea Nacional, el régimen creó un poder paralelo llamado Asamblea Nacional Constituyente, que es liderada por Diosdado Cabello y recibió la tarea de redactar una nueva carta magna. En mayo de 2018 la oposición no participó en las presidenciales por falta de garantías.
En el contexto regional hay casos recientes que evidencian que sí es posible aplazar unos comicios. En Bolivia, por ejemplo, las presidenciales estaban agendadas para mayo, luego la fecha se movió para septiembre y, al final, acordaron que se realizarán el próximo 18 de octubre. Entre tanto, en Chile el plebiscito para el cambio de la Constitución sería en abril, pero por la pandemia se reprogramó para este 25 de octubre.
