Que “la política es dinámica”, frase acuñada en los pasillos del capitolio colombiano cuando se habla de transfuguismo, parecen tenerlo muy claro también en Israel, donde dos acérrimos enemigos que habían prometido nunca hacer parte de un proyecto conjunto, acaban de unirse para quedarse con el poder en ese país.
De un lado, Benjamín Netanyahu, quien tras once años como primer ministro y acusaciones de corrupción encima, ha persistido en su empeño por reelegirse aunque no logre la mayoría necesaria en el Parlamento para formar gobierno, dejando al país en una profunda crisis que llevó a organizar tres elecciones en un año.
Del otro lado está Benny Gantz, exjefe del Estado Mayor del Ejército, sin antecedentes políticos, de tendencia al centro, que se lanzó a la contienda bajo dos promesas: derrotar a Netanyahu y nunca hacer alianzas con él por los líos judiciales que enfrenta.
Pero la voluntad duró poco y ambos decidieron ayer deponer sus diferencias para conformar un gobierno de transición que durará 18 meses, durante los que Netanyahu, quien porta las banderas de la anexión de los territorios palestinos al Estado de Israel, continuará como jefe del gobierno.
Gantz, por su parte, argumentando que Israel necesita unidad para enfrentar el coronavirus como enemigo común, será ministro de Defensa hasta octubre de 2021, cuando relevará a Netanyahu como primer ministro.
“Prometí al Estado de Israel un gobierno nacional de emergencia que trabaje para salvar las vidas y empleos de los ciudadanos israelíes. Continuaré haciéndolo todo por los ciudadanos de Israel”, expresó Netanyahu al dar a conocer la decisión.
Por su parte, Gantz añadió en una columna publicada en medios locales que “estamos ante un reto global de magnitud excepcional, que ha golpeado a Israel en un momento de estancamiento político paralizante y divisiones insoportables, una combinación letal”.
Pero las críticas no se hicieron esperar. Votantes inconformes y sectores propalestinos inundaron las redes sociales de mensajes de rechazo. “La formación de un gobierno israelí de anexión supone el fin de la solución de dos estados y el desmantelamiento de los derechos del pueblo palestino”, manifestó el primer ministro de Palestina Mohammed Shtayyeh.