El presidente del gobierno de Cataluña, Carles Puigdemont, proclamó el martes la independencia de la región española, pero dijo que sus efectos deben postergarse para permitir un diálogo.
“Hoy asumo el mandato de que Cataluña se convierta en un estado independiente en forma de república”, dijo Puigdemont en catalán. “Proponemos que el Parlament suspenda la declaración de independencia para emprender un diálogo para llegar a una solución acordada”, agregó a continuación.
En el exterior del parlamento, fuertemente custodiado por las fuerzas de seguridad, miles de partidarios de la independencia escucharon en silencio el discurso transmitido en una pantalla gigante.
Afirmó, en español, que no tiene nada contra España, pero apuntó que la relación es “insostenible”, después de años de lo que consideró agravios por parte de las autoridades españolas.
Recordó que durante mucho tiempo ha reclamado un referéndum acordado como el celebrado en Escocia pero se ha encontrado con “una negativa radical y absoluta” del Gobierno español.
Entre los agravios mencionó lo que considera “menosprecio” a la lengua y la cultura catalanas, la falta de inversiones y la decisión del Tribunal Constitucional en 2010 de recortar el Estatut (norma básica en Cataluña) que había sido aprobado en consulta popular unos años antes.
Puigdemont aseguró también que Cataluña “es un asunto europeo” y se comprometió a “desescalar la tensión” generada por ese referéndum.