Una operación de la Policía para capturar a varios integrantes de una organización criminal dejó 21 muertos, según el conteo, en un complejo de favelas de Río de Janeiro, en Brasil.
La Penha amaneció este martes con el sonido de los tiros, después de que agentes de la Policía Militar entraron en el sector en busca de líderes del grupo criminal Comando Vermelho, uno de los más importantes de ese país junto con el Primer Comando de la Capital (PCC).
Según la Policía, los agentes fueron recibidos a bala por los delincuentes durante una incursión que dejó al menos 21 víctimas mortales, presuntamente sospechosos y una vecina del vecindario, aunque admitió que el número podría ser mayor.
Las víctimas fueron trasladadas a un hospital de la zona, hasta donde se desplazaron familiares para reconocer los cuerpos. Otras dos personas permanecen ingresadas heridas de bala y bajo custodia policial.
El objetivo de la operación, según las autoridades, es intentar desarticular el Comando Vermelho, una facción “con una ideología de guerra” y que es “responsable por más del 80% de los enfrentamientos armados” del estado de Río de Janeiro.
“Tiene una política expansionista, una ideología de guerra, de enfrentamiento. No solo contra las fuerzas policiales, también contra otros grupos criminales”, afirmó el portavoz de la Policía Militar, Ivan Blaz.
De acuerdo con Blaz, el Comando Vermelho ha comenzado a proteger a narcotraficantes de otros estados que “dan órdenes desde Río de Janeiro para cometer homicidios en otras regiones” del país y que supuestamente estarían escondidos en la Vila Cruzeiro, dentro del complejo de la Penha.
Vila Cruzeiro fue una de las favelas de Río ocupadas a finales de 2010 por el Ejército brasileño en una gran operación para expulsar el narcotráfico, pero los grupos han ido paulatinamente recuperando el control.
Durante la operación, en la que se usaron vehículos blindados, fue aprehendido un “arsenal de guerra” compuesto por pistolas, 10 granadas y al menos 13 fusiles procedentes de China y Europa del Este que llegaron a Brasil mediante el tráfico internacional de armas, además de vehículos y motocicletas.
“Son armas que pueden matar a personas a larga distancia”, recalcó Blaz. Así ocurrió con Gabriele Ferreira de Cunha, de 41 años y vecina de la zona, quien caminaba por la parte baja de la favela cuando fue alcanzada por una bala perdida.