El primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson, empieza una semana decisiva para su futuro político, pues se divulgará el esperado informe sobre el “Partygate”, el escándalo sobre las fiestas en la residencia oficial Downing Street durante la pandemia que tiene al mandatario en una de sus crisis más fuertes.
La funcionaria Sue Gray espera dar a conocer en los próximos días las conclusiones de su investigación sobre estos encuentros sociales que han indignado a la sociedad británica al punto de poner a tambalear el puesto de Boris en el Gobierno.
Según los detalles que se han ido conociendo, las fiestas se dieron mientras Reino Unido mantenía fuertes restricciones para contener la pandemia y enfrentaba un luto por la muerte de Felipe de Edimburgo, el esposo de la reina Isabel ll.
De acuerdo con diarios locales, Gray ha decidido ampliar su investigación a unas supuestas fiestas celebradas en el piso privado que Johnson comparte con su mujer, Carrie Johnson, en Downing Street, a finales de 2020, cuando aún había confinamiento.
Así las cosas, el informe es relevante no solo porque de él dependerá la reputación del primer ministro y la posibilidad de calmar las tensiones, sino porque él mismo ha dicho que esperará las conclusiones para tomar alguna decisión sobre las peticiones de sus opositores –y hasta de sus aliados– de que dimita.