La contraofensiva que Israel adelanta desde el pasado 7 de octubre contra el grupo islamista Hamás no ha tenido distinción alguna de la población civil, y entre las víctimas de los bombardeos desmedidos la peor parte la han llevado los niños.
La intensificación de los ataques con bombas y el inicio del asalto por tierra desde el pasado 28 de octubre , ha dejado, según cifras del Ministerio de Salud palestino, 8.500 personas muertas; de estas, 3.450 han sido menores de edad, según datos de Naciones Unidas.
En un comunicado, el portavoz del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), James Elder, aseveró que uno de los más grandes temores de la agencia es que con esta ofensiva, la cantidad de niños asesinados aumentara, y así fue. Con el paso de los días y ante el incremento de los bombardeos “se convirtieron en docenas, luego cientos y finalmente miles se hicieron realidad en sólo quince días”.
En su informe, Elder agregó que además, “Gaza se ha convertido en un cementerio para miles de niños. Es un infierno para todos los demás”.
Pero no solo los muertos de niños y adultos han llenado de luto y dolor a las familias palestinas. La directora ejecutiva de Unicef, Catherine Russell, manifestó que estas acciones del gobierno de Israel han causado lesiones y heridas a 6.300 niños.
La situación es tan complicada, que en una conversación con EL COLOMBIANO, el médico palestino Imad Mohamed, aseveró que al hospital en el que trabaja llegan los niños con mutilaciones, con heridas de grandes proporciones y quemaduras en sus cuerpos.
“Hemos visto llegar niños desmayados por el dolor, afectados por la falta de alguna de las partes de su cuerpo. Además, hay muchos de ellos bajo los escombros que no han podido rescatarse porque no hay maquinarias para sacarlos, o cuando los van a rescatar, son atacados”, relató Mohamed.
Pero el temor no es solo por los pequeños que se encuentran en refugios o en sus viviendas palestinas. En las clínicas se teme por la vida de 1.300 niños recién nacidos que se encuentran en incubadoras o necesitan de un cuidado especial o del oxígeno, pero la falta de energía y de agua potable, servicios bloqueados por el gobierno de Israel, los está empujando a una muerte segura, como aseveran los médicos que trabajan en Gaza.
Guerra traspasó fronteras
Otro de los grandes temores que tiene en vilo al mundo es que el conflicto entre Israel y Hamás traspasara fronteras, se unieran nuevos actores y hasta llegara a convertirse en una guerra mundial, como lo manifestó el papa Francisco, quien pidió una mediación rápida para terminar con la confrontación armada.
Los rebeldes hutíes de Yemen reivindicaron este martes que lanzaron un ataque con drones y cohetes balísticos contra Israel, como acto de represalia por la guerra en Gaza contra Hamás, informó a AFP un alto mando de esta milicia apoyada por Irán.
“Estos drones pertenecen al Estado de Yemen”, afirmó Abdelaziz bin Habtour, primer ministro nombrado por los rebeldes que controlan parte del país y están enfrentados contra el gobierno reconocido por la comunidad internacional.
Según una noticia divulgada por la prensa israelí, un vocero del grupo rebelde, Yahya Sria, reconoció que se trataba del tercer ataque en las últimas horas, motivado “por sentido de responsabilidad religiosa, moral, humanitaria y nacional” en favor de los palestinos. También anunció que su ofensiva en contra de Israel continuaría, lo que podría generar una expansión de la guerra más allá de las fronteras de Israel y Palestina.
Del otro lado del mundo, los ataques denunciados por Estados Unidos a sus militares en el Medio Oriente, empezaron a inquietar al gobierno de ese país y se corre el riesgo de que los estadounidenses entren en conflicto con Irán, aún cuando Washington quiere evitar un desbordamiento de la guerra entre Israel y Hamás. Las tropas estadounidenses y sus aliados han sido atacadas 14 veces en Irak y 9 veces en Siria en las últimas dos semanas, según el Pentágono.
Washington acusa a Teherán de participar indirectamente en estas ofensivas, que han ido en aumento desde el inicio de la guerra entre Israel y Hamás. En respuesta, la semana pasada el ejército estadounidense llevó a cabo ataques en Siria, que causaron víctimas, en sitios vinculados con Irán, según el Pentágono.
ONU insiste en cese el fuego
El secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, y el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, Filippo Grandi, alzaron sus voces para pedir un cese de hostilidades. “Un alto el fuego humanitario puede al menos parar esta espiral de muerte”, dijo Grandi desde la tribuna del Consejo de Seguridad, antes de implorar a los 15 miembros de la máxima instancia de la ONU que “superen sus divisiones y ejerzan su autoridad” imponiendo esa medida.
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Guterres se dijo “profundamente preocupado” por la “intensificación del conflicto” y advirtió del riesgo de una “peligrosa escalada más allá de Gaza”, tal como lo han advertido otros líderes mundiales.
La guerra también exacerbó las tensiones en Cisjordania ocupada, donde más de 120 palestinos han muerto desde el 7 de octubre por disparos de soldados o de colonos israelíes, según el ministerio de Salud de Palestina. Además, el ejército israelí bombardeó Siria y en la frontera con Líbano se multiplican los enfrentamientos con Hezbolá.
El escalamiento y las imágenes de las muertes por la ofensiva de Israel llevaron a que desde Suramérica, el gobierno de Bolivia rompiera relaciones con ese país en repudio y condena a la agresiva y desproporcionada ofensiva militar que ha causado más muerte de civiles que de integrantes de Hamás.
Entre tanto, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, llamó a consultas a la embajadora colombiana en Israel. “Si Israel no detiene la masacre del pueblo palestino no podemos estar allá”, dijo Petro este martes.
