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¿Por qué migrantes se lanzan desesperados al agua frente a costa de Italia?

107 refugiados rescatados en el Mediterráneo permanecen sin un puerto para desembarcar. Hay tensión a bordo.

  • El barco de la ONG rescatista de migrantes Open Arms está a 800 metros de la playa de la isla de Lampedusa, Italia. FOTO: REUTERS
    El barco de la ONG rescatista de migrantes Open Arms está a 800 metros de la playa de la isla de Lampedusa, Italia. FOTO: REUTERS
Migrantes: con un barco por “cárcel” y la tierra a la vista
20 de agosto de 2019
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Infográfico

Desde el barco que pasó de ser su salvación a su cárcel, los 107 migrantes alcanzan a ver a los bañistas en la playa de la isla italiana de Lampedusa. Hace 19 días sobrevivieron a morir ahogados en el Mediterráneo. Hace cinco, están atrapados a 800 metros de una tierra que pueden ver, pero no pisar.

Este martes, diez migrantes algunos sin chaleco salvavidas saltaron al agua en un intento por nadar hasta la playa, antes de ser rescatados por miembros de la tripulación del barco de la ONG española Open Arms.

Entretanto, España anunció el envío de un buque militar a la isla para recoger a los migrantes.

La situación de la embarcación, que desde hace casi tres semanas busca un puerto en Europa para atracar con los migrantes rescatados, se estancó en la inmovilidad por tres posturas inamovibles.

Por un lado, el gobierno de Italia, con la figura del líder de la derecha Matteo Salvini como estandarte, se niega a que los rescatados pisen la costa, aunque sea solo para ser trasladados por avión a los seis países que han aceptado recibirlos conjuntamente: Alemania, España, Francia, Luxemburgo, Portugal y Rumania.

Por otro lado, España, este fin de semana, ofreció dos de sus puertos para que la ONG desembarque, pero esta se negó en ambas ocasiones. La razón, según explica a EL COLOMBIANO la portavoz de Open Arms, Laura Lanuza, es el temor a la reacción de los migrantes.

El estado psicológico de los rescatados los hace pensar que, en el momento en el que el barco dé media vuelta y se aleje de la tierra con rumbo a España, los refugiados se negarán a volver al mar en el que hace pocos días estuvieron a punto de morir e iniciarán una revuelta.

Acusaciones cruzadas

“La desesperación tiene límites”, publicó este domingo en Twitter el director de Open Arms, Óscar Camps, junto con un video en el que cuatro de los migrantes del Open Arms se lanzan al agua para intentar nadar hasta la costa de la isla italiana, hasta ser detenidos por los miembros de la ONG.

En el barco, explica Lanuza, “somos 17 personas de la tripulación frente a 107 personas que se sienten cautivas”, y que, hace dos días, vieron descender a 27 menores de edad que el gobierno de Italia se vio obligado a recibir por una orden judicial.

Entretanto, en tierra, se libra otra disputa: la diplomática. Un enfrentamiento a tres bandas en el que las partes se acusan mutuamente. El gobierno de España, por ejemplo, en voz de la vicepresidenta del gobierno, Carmen Calvo, cuestionó a Open Arms por su negativa a desembarcar en Algeciras o en Baleares: “Le hemos ofrecido absolutamente todo (a la ONG) porque queremos que esas vidas no corran ya más riesgo, ¿pero qué nos queda?”.

Lanuza, sin embargo, señala que “una oferta 17 días después de estar en el mar nos dice que recorramos 600 millas en lugar de atracar en un puerto seguro que tenemos delante de nuestros ojos”.

Las críticas españolas también han sido dirigidas al gobierno italiano. La ministra de Defensa española, Margarita Robles, dijo ayer lunes que la posición inflexible de Salvini “es una vergüenza para la humanidad”.

La respuesta del líder de la derecha italiana, quien ha construido su proyecto político sobre el rechazo a los refugiados que llegan a las costas de su país, ha sido fiel a su estilo: “Los italianos somos buenos cristianos, pero no tontos”, dijo este fin de semana en una entrevista con la agencia Adnkronos, e insistió a que el Open Arms navegue hasta aguas españolas.

El discurso de Salvini, explica Mauricio Jaramillo Jassir, experto en relaciones internacionales de la U. del Rosario, “tiene un contenido populista y se basa en señalar un desequilibrio entre la cantidad de migrantes que llegan a Italia frente a los que intentan entrar por otras partes de Europa”.

Los datos, sin embargo, contradicen esta postura. Según el último reporte de la Agencia Europea de Fronteras, Frontex, en los primeros siete meses de 2019 se redujo en cerca de 75 % con respecto al mismo periodo del año anterior, con 4.890 entradas registradas.

Italia, además, fue el punto de entrada por el que menos migrantes cruzaron, siendo superada por los puertos de España y Grecia.

Mientras la retórica política niega las cifras, y los gobiernos europeos se enfrascan en la búsqueda de un culpable, la crisis migratoria real sigue sucediendo a 800 metros de las costas de Italia, a la vista de los bañistas que toman el Sol.

30 %
Se redujeron las entradas de migrantes a Europa en lo que va de 2019: Frontex.
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