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La dura pelea que tiene el régimen de Daniel Ortega con la Iglesia Católica de Nicaragua tuvo este viernes un nuevo capítulo con la prohibición que la Policía –controlada por el dictador– hizo de en torno a una procesión con la imagen de una virgen.
La Arquidiócesis de Managua informó no se le autorizó una procesión con la imagen peregrina de la virgen de Fátima, convocada para este sábado.
Además, en un comunicado que divulgó con la noticia, la Arquidiócesis advirtió que “dando testimonio de tolerancia y espíritu de paz, en las circunstancias que vive actualmente nuestra patria, hace saber a nuestros sacerdotes y los fieles católicos, que la Policía Nacional nos ha comunicado que por motivo de seguridad interna no se permite el desarrollo de la procesión programada para las 7:00 am del 13 de agosto”.
El comunicado lo firmó el cardenal nicaragüense, Leopoldo Brenes, quien añadió que la actividad estaba planificada con ocasión del Congreso Nacional Mariano, que comenzó el domingo pasado y finalizaba con la peregrinación de la imagen de nuestra Señora de Fátima.
Por tanto, la Arquidiócesis de Managua invitó a todos los fieles católicos a ofrecer una jornada de ayuno y oración “por la conversión de todos”, y asistir este sábado “directamente a Catedral de Managua, llegando a pie o en sus vehículos particulares, haciéndolo de forma pacífica para rezar por la Iglesia y Nicaragua”.
“Nos encontraremos a las ocho de la mañana para el ingreso procesional en el atrio de Catedral de la Imagen de Nuestra Señora de Fátima, rezar el Santo Rosario y participar a continuación en la misa, la que será presidida por el señor arzobispo, cardenal Leopoldo Brenes y todo el clero arquidiocesano”, precisó el cardenal Brenes.
Esta prohibición se suma la investigación al obispo Rolando Álvarez, a quien la Policía Nacional acusa de intentar “organizar grupos violentos”, por lo que lo mantiene sitiado y retenido en un Palacio Episcopal desde hace nueve días junto a otros cuatro sacerdotes y cinco laicos.
También, en la confrontación de Ortega contra la iglesia, se ordenó el cierre de ocho radioemisoras católicas, la exclusión de la programación de la televisión por suscripción de tres canales católicos y el ingreso a la fuerza y allanamiento a una parroquia.
La pelea sigue vigente