Diez personas murieron el lunes 7 de julio en Kenia en manifestaciones para conmemorar un histórico movimiento de protesta ocurrido en el país en 1990, y más de 500 fueron detenidas, anunciaron la Comisión Nacional de Derechos Humanos de Kenia (KNCHR) y la policía.
Para el martes 8 de julio, las cifras de personas que murieron por las protestas en Nairobi, capital de Kenia, y en otras ciudades del país, subieron a 31, de acuerdo con la Comisión Nacional de Derechos Humanos de Kenia.
Su portavoz, Michael Muchiri, afirmó que durante las manifestaciones del lunes “algunos individuos estaban determinados a realizar actos ilegales” e incluso criminales, por lo que se llevaron a cabo 567 detenciones.
Añadió que en Nairobi, la capital, “se vio a estas bandas de encapuchados actuar junto a policías”.
Las marchas anuales del Día de Saba Saba, que significa “siete siete”, conmemoran el 7 de julio de 1990, cuando los kenianos se levantaron para exigir el retorno a la democracia multipartidista tras años de gobierno autocrático del entonces presidente Daniel arap Moi.
Periodistas de la AFP presenciaron enfrentamientos con grupos de policías antidisturbios que dispararon gases lacrimógenos contra pequeños grupos.
Algunos manifestantes lanzaron piedras a los agentes y llevaron a cabo saqueos destructivos.
Muchos jóvenes kenianos, frustrados por el estancamiento económico, la corrupción y la brutalidad policial, salieron de nuevo a la calle.
El mes pasado las protestas degeneraron en saqueos y violencia, dejando decenas de muertos y miles de negocios destruidos.
Los manifestantes acusan a las autoridades de pagar a delincuentes armados para desacreditar su movimiento, mientras que el gobierno comparó las manifestaciones con un ”intento de golpe de Estado”.