Se estima que 638.318 pacientes colombianos hospitalizados por año estarán en riesgo de malnutrición. Lo que eleva las probabilidades de una mayor estancia en el hospital, de reingreso, sobrecostos y complicaciones, con 2,3 veces más probabilidad de morir en comparación con pacientes sin riesgo nutricional.
En una investigación publicada en la revista Clinical Nutrition se evidenció que proporcionar una terapia de nutrición temprana podría generar ahorros de USD1.351 por paciente, casi $5 millones, lo que representa una disminución de cerca del 36 % del costo por paciente hospitalizado.
“El grupo de investigación hizo un modelamiento matemático con base en información publicada por varias fuentes, incluyendo el total de las camas disponibles de los hospitales en Colombia. Esto permitió calcular un potencial ahorro de USD862 millones al año, después de restar los costos de intervención. Esta es una gran cifra que, para este particular momento, sin duda interesará mucho a los aseguradores”, complementa Gabriel Gómez, director Médico de Abbott en Latinoamérica y quien también hizo parte del estudio.
En ese sentido, al priorizar el cuidado nutricional para el tratamiento de patología y en el entorno hospitalario, hay un potencial de ahorro de $3,1 billones por año. La investigación también evidenció que las estrategias de mejoramiento de calidad en nutrición disminuyen el uso de recursos del sistema de manera sustancial, entendidos como visitas a urgencias, consultas ambulatorias y la necesidad de hospitalizaciones.
La malnutrición se presenta cuando el cuerpo no recibe los nutrientes que necesita y puede ocurrir tanto en personas con bajo peso como con sobrepeso. Es por ello que la nutrición especializada tiene un rol esencial en la salud del país, no solo porque mejora la calidad de vida, sino porque además disminuye los costos de atención médica, con beneficios tanto para el paciente como para el sistema de salud.
“La nutrición especializada tiene unos componentes particulares para que las personas que no puedan cubrir el consumo total o parcial de sus necesidades nutricionales puedan lograrlo. Además, presenta grandes oportunidades para estas personas. Por ejemplo, un paciente que estuvo en la unidad de cuidado intensivo, UCI, y tuvo un buen soporte nutricional, aun si estaba ventilado y no pudo comer por la boca, se recupera más rápido que el paciente que no lo recibió”, explica Gabriel Gómez.