Los pacientes con asma pueden llevar una rutina común y corriente, solo requieren de disciplina y autocuidado para atender correctamente su condición, dado que es una enfermedad inflamatoria crónica de las vías respiratorias que produce falta de aire, dolor u opresión del pecho, sonidos silbantes (sibilancias) al exhalar y problemas para dormir causados por falta de aliento, tos o sibilancia.
El estrés y el contagio de virus como la gripe pueden empeorar su condición, sumado a la exposición de gases contaminantes en el aire o el desarrollo de alergias, como lo indica Sanofi, empresa dedicada a las ciencias de la salud que está presente en Colombia desde 1996.
El asma es la novena causa de años vividos con discapacidad, según informa el Ministerio de Salud, y ocupa el puesto número 37 como causa de años de vida perdidos a nivel global. Además, uno de cada ocho colombianos sufre asma, lo que la convierte en la segunda enfermedad respiratoria crónica más relevante en términos de morbimortalidad después de la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC).
Cuidados personales
Además de usar los medicamentos como inhaladores o corticoides que favorecen el manejo de la enfermedad, para el correcto tratamiento de la enfermedad los expertos recomiendan a los pacientes estar alejados del humo de tabaco y de leña, así como de contaminantes ambientales. Aun así, existen tratamientos alternativos para aliviar los síntomas, como las terapias biológicas.
Igualmente, es necesario mantener una adecuada actividad física para así no adicionar otras comorbilidades al asma, como puede ser la obesidad. El béisbol, el fútbol americano, la gimnasia o la natación son algunos de los deportes que pueden ser practicados con normalidad. Este último es de los más recomendados, pues no provoca excesiva presión pectoral, y condiciones como la humedad y la posición del cuerpo favorecen la respiración del paciente.
En caso de ataques de asma fuertes existen las terapias de rescate o de alivio, que son medicaciones que surten efecto inmediatamente para tratar los síntomas. “Esos pacientes (los más graves) tenemos que educarlos, tienen que utilizar los medicamentos controladores de manera continua. Esta enfermedad desafortunadamente no se cura por sí sola y como tiene periodos de recurrencias que pueden ser severos e incluso pueden generar fatalidades, el paciente debe tener una terapia controladora y una terapia de rescate”, explica Julián Londoño, alergólogo clínico de Unimeq.
El asma tiene una tasa de mortalidad baja, para 2019 murieron 461.000 personas por esta causa en todo el mundo, según la Organización Mundial de la Salud, sin embargo como explica el alergólogo, un asma mal tratada puede llevar a complicaciones como la disminución de la función pulmonar o a comorbilidades como la apnea del sueño, un trastorno potencialmente grave en la que se detiene la respiración y recomienza varias veces mientras se está dormido, lo que puede tener implicaciones indirectas en el comportamiento y enfermedades cardiovasculares.
Por lo anterior, esta enfermedad puede tener consecuencias económicas altas, de hecho el costo de la atención de un paciente no controlado es 15 veces mayor al de un paciente parcialmente controlado, según explica Sanofi. El especialista Julián Londoño cuenta que una buena terapia disminuye los días de ausencia laboral del paciente, y así aumenta la productividad. Así mismo, puede disminuir el gasto pues disminuye la cantidad de asistencia a los servicios de urgencias, hospitalizaciones o cuidados intensivos.
Cuidados especiales y contagios por Covid
Los virus son un factor de riesgo para estos pacientes, puesto que empeoran los síntomas o generan ataques de asma. “Se recomienda que mantengan controles médicos mínimo cada tres meses con su médico general y especialista, ayudando a reconocer qué puede producir alergia para evitar exponerse”, dice María Paula Ávila, gerente Médica de Inmunología de Sanofi.
Entre esos factores riesgosos puede estar incluido el de la Covid-19, que si no se tiene un tratamiento adecuado del asma puede empeorar los síntomas. “Está demostrado en varios estudios observacionales que la Covid no impacta en la severidad o mortalidad de los pacientes con asma siempre y cuando estén bien controlados”, asegura Julián Londoño.
Con la pandemia se dificultó la atención de pacientes asmáticos por la priorización de los contagiados, aunque también se redujo la asistencia a urgencias por asma, debido a que las personas al estar resguardadas en sus hogares no tenían mayor exposición a contaminantes ambientales.