Cuando uno escucha la palabra socialista visualiza casi de inmediato una gorra gris, un traje igual para todo el mundo y uso de zapatos negros reforzados en la punta. Esa es una imagen del pasado pero que un pobre sujeto como uno la seguía asociando al presidente de España, el "socialista" Zapatero, que hace maletas para dejar su despacho y entregarlo a quien gane las elecciones. El "pobrecito" socialista sale de su puesto y se va de vacaciones a una de sus residencias en la playa, con 635 metros cuadrados, dos pisos, piscina, jacuzzi, turco y todo lo demás... Que el dios de Mao bendiga al antisocialista Zapatero.
Y de la Madre Patria pasamos a una "celda" nuestra para un personaje que también deja su mandato, una celda de veinte metros cuadrados, con tres lámparas de lujo en el techo, espejo de cuerpo entero, dos sillas bien forradas y una de ellas mecedora para arrullar sus recuerdos. En la misma habitación (celda...) servicios completos y cortinas estrato alto. Sobre una cama bien ordenada y con dos cojines azules, descansarán el sueño y la cabeza del "detenido".
Paso luego a la maquinita del tiempo llamada recuerdo y veo seis hombres durmiendo en el suelo en una celda de tres metros por tres, "adornada" con un tarro de galletas, vacío, que servía de orinal portátil. No ventana, no luz, no agua, no nada. Solo una soledad de nueve metros cuadrados. Sufrí mucho por los otros cinco hombres que se daban calor unos a otros sobre el suelo. El sexto hombre, preso político de la época, era yo.
PAUSA. "Lo malo de Pilato no fue que se lavó las manos sino que las tenía sucias".
MATRIMONIO. ¿Cuáles pueden ser las razones para que los matrimonios de hoy tengan una duración tan efímera, un abrazo tan fugaz y unas palabras volátiles que no alcanzan siquiera a formar la voz de un nuevo niño sobre el mundo? Algunos sostienen la tesis de la culturización de la mujer, de su llegada a los altos puestos y a los salarios de varios ceros. Otros, en la otra punta, siguen con la tesis, bien respetable por cierto, de la curiosidad carnal del hombre.
¿A qué lado podemos hacernos? Lo de la independencia de la mujer es algo innegable y en la contraparte, la curiosidad, me decía un religioso amigo que cuando preguntaba a su superior cuándo terminaba el deseo, le respondía: tres horas después de muerto. Creo que ambas teorías tienen su parte válida y que la volatilidad amorosa terminará por hacer del matrimonio una situación casi impredecible.
Como muestra de esta fugacidad disolvente entre cuatro brazos y un solo abrazo, traigo a cuento las 350 separaciones diarias que ocurren en España. Es decir, que en la Madre Patria cada cuatro minutos una pareja se está despidiendo de lo que en un momento llamaron "para siempre". Y sobre eso de lo inacabable, recuerdo aquella frase medio trágica, medio risueña: el amor es como las nieves eternas de alguna cordillera, dura seis meses.
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