Una zona encumbrada de Bello que, en contravía de la realidad aparece aún en los mapas como una reserva forestal, es el territorio donde miles de desplazados de todo el país sobreviven apretujados en medio de carencias, violencia y pocas oportunidades de progreso.
Para colmo, los habitantes del asentamiento de San José del Pinar, son casi invisibles para el resto del Valle de Aburrá. La realidad de este sector marginal, contada a través de la historias de vida de habitantes como una maestra desplazada que sueña con volver a enseñar y que sobrevive con la venta de minutos de celular, es el escenario que revela el libro Tierra de Desterrados.
Para sus autores, Reinaldo Spitaletta y Mary Correa, periodistas y docentes de la Universidad Pontificia Bolivariana, su texto es el resultado de dos años de investigación y experiencias personales con una nueva comunidad que lucha y sueña a pesar de las adversidades.
"En este sector que antes fueron fincas de gente adinerada, las Farc crearon un asentamiento en su estrategia de llegar a las ciudades. Luego llegó el Eln a disputar la zona y, más tarde, los paramilitares. Se podría definir como un laboratorio del conflicto colombiano", explicó Spitaletta durante la presentación del libro ayer en UPB.
La investigación va más allá de reconstruir experiencias dolorosas de familias enteras de todo el país que durante décadas salieron de sus casas y parcelas expulsadas por los grupos armados ilegales y aborda la transformación de la zona y sus habitantes.
"Las familias viven en condiciones de pobreza, con problemas de violencia, drogadicción, violencia y deserción escolar, pero han logrado construir un barrio y una comunidad que quiere educación y mejores oportunidades para sus hijos que sí quieren estudiar y superarse, pero que tienen que pensar en sobrevivir", relató Mary Correa.
Tierra de Desterrados fue publicado por la editorial de la Universidad Pontificia Bolivariana (UPB).
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