Este martes fue un día de tensión en Puerto Gaitán, Meta, por cuenta de la protesta de por lo menos 500 trabajadores del campo petrolero Rubiales, que obligó a las autoridades a decretar el toque de queda.
En la jornada se registraron varios enfrentamientos con la fuerza pública, que dejaron varias personas y agentes heridos.
Por esa razón, las autoridades enviaron un grupo de 300 uniformados del Escuadrón Móvil Antidisturbios de la Policía con el fin de buscar el control del orden público en este campo, el mayor complejo de producción de crudo en el país.
Según Timoteo Romero, director de la Central Unitaria de Trabajadores del Meta (CUT), la solución a este problema es que la mesa de negociación entre los trabajadores, las empresas petroleras y el Gobierno Nacional se inicie ya.
"No podemos darle largas a este tema porque las cosas se pueden complicar (...) Está visto que los trabajadores no van a dar el brazo a torcer", indicó Romero, quien a su vez responsabilizó al gobierno por no cumplir con lo pactado el pasado 3 de agosto.
Por otro lado, los protestantes aseguran que no se retirarán del lugar ni le darán paso a los carrotanques cargados con crudo hasta no recibir respuestas satisfactorias.
Mientras tanto, el cese de actividades se mantiene, generando así una parálisis de producción de más de 250.000 barriles de crudo al día en Quifa y Rubiales.
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