El Once Caldas quedó eliminado de la Copa Libertadores al empatar 1-1, este miércoles, contra el Santos. El equipo brasilero ahora espera al ganador de la llave entre el Jaguares mexicano y el Cerro Porteño paraguayo.
El brasileño Neymar (m.11) anotó el gol de su equipo y Wason Rentería (m.29) igualó para el Once Caldas,que siempre fue a remontar el marcador y estuvo más cerca de llevarse una goleada que de darle la vuelta a la eliminatoria.
El equipo del puerto paulista, que había ganado por 0-1 la semana pasada en Manizales, dominó el juego a placer guiado por Neymar inspirado, que fue omnipresente en todas las jugadas de ataque, más en el papel de asistente de sus compañeros que en el de rematador.
El astro brasileño tuvo en sus pies la oportunidad de marcar un segundo gol de penalti a cinco minutos del final, pero falló desde los once metros.
El Santos comenzó el partido como un vendaval, se impuso con autoridad en el centro de la cancha y arrinconó a su rival con juego al toque en velocidad.
Los tantos
El primer gol del partido no se hizo esperar: a los once minutos Neymar, la joven estrella del conjunto brasileño, fusiló desde la frontal del área con un tiro firme lejos de las posibilidades del guardameta Luis Eduardo Martínez.
Los caldenses, que hasta ese momento prácticamente no habían tocado la pelota, reaccionaron tímidamente llevando la disputa al círculo central y alejando de su retaguardia a un Santos que se había relajado un poco por su ventaja del marcador.
Al filo de la media hora el Once Caldas logró el empate en un tiro libre botado desde cerca de la línea de banda que remató Wason Rentería al adelantarse a la defensa local haciendo gala de oportunismo.
El gol encajado de forma inesperada despertó a los brasileños, que salieron del sopor momentáneo y recuperaron el dominio del juego, aunque en ese tramo del partido ya no se imponían de una forma tan abrumadora como en los primeros minutos.
Tras el descanso el Santos volvió con fuerza y, guiado por Neymar y Elano, se instaló en el área de un Once Caldas sin consistencia defensiva, que cada vez se sentía más incapaz de frenar la marea de ataques.
La falta de puntería de Zé Eduardo, que desbarató dos ocasiones de gol cantadas, atrasó el desenlace del partido, que a esas alturas parecía estar decantado tanto por la insistencia de los ataques brasileños como por las dificultades de los colombianos para aproximarse al área rival.
Después de una oleada de ataques que duró quince minutos, el equipo dirigido por Muricy Ramalho comenzó a alargar las posesiones, a jugar cada vez más en horizontal conforme avanzaba el reloj, conformándose con presionar en el centro de la cancha para evitar nuevos sustos.
