No hay sonido. Está ella, a veces también es él, en fondo blanco. Mueve las manos y explica. Es un video y, por cada pregunta de las Olimpiadas del conocimiento, está ella, o él, explicando en lengua de señas.
Marleny Gallo es modelo lingüística. Con ella se hicieron la mayoría de las grabaciones. "Fue la primera vez y nos tomó mucho tiempo adaptar las preguntas. Interpretarlas y entenderlas fue de mucho esfuerzo, pero cumplimos el objetivo: que las Olimpiadas fueran incluyentes".
Para los niños sordos es hablarles desde su identidad. Para ellos las señas son su lengua materna y el español la segunda. Preguntarles de una forma más cercana es permitirles que entiendan mucho más fácil.
John Jairo Blandón, intérprete, cuenta que fue de sentarse con ellos, como usuarios, a analizar las preguntas de español y matemáticas, y pensar con la modelo lingüística una estrategia para explicarla mejor. "Toda la información que llega conmigo en español, ella la traduce".
Igual con los ciegos. Cierre los ojos. Escuche que alguien le dice: "Según la figura, cuál de los cuatro sólidos A, B, C o D puede formarse". ¿Cuál figura? ¿Cómo describirle qué es un rectángulo en tres dimensiones si nunca ha visto un rectángulo? Para ellos están el audio con las preguntas y las figuras en braille.
Esta es la primera vez que lo intentan y aunque por ahora solo cambiaron la forma, es un avance que agradecen.
"Es mejor en video, claro. Hasta usted misma ve, ¿usted sabe señas?", expresa José Julián Mira. Está en quinto, pero ya se había realizado al examen, el común y corriente, en tercero.
Unas cuantas quejas. No del formato, porque ese lo celebran. Necesitan más tiempo, escuchar varias veces, esperar. "Es difícil entender tan rápido las cosas. Por ejemplo, me dicen toda una ecuación, cómo me van a decir la otra y la otra y la otra. Es muy difícil", señala Mateo Vélez. En sus manos, las figuras en braille. No las ecuaciones.
La profesora Dora Almanza, de la Institución Educativa Francisco Luis Hernández Betancur, desde donde se lideró el proyecto junto con la Secretaría de Educación, precisa que hay que mejorar y corregir, pero que van muy bien. "Ellos dicen está difícil, pero lo entiendo".
Ayer, de los 90 mil estudiantes que presentaron las Olimpiadas, 101 fueran invidentes y 104 sordos, en 71 instituciones.
Lo que queda es otro reto: cambiar la forma. Las preguntas deben ser, añade Dora, según necesidades, capacidades y habilidades. Ramón González, coordinador de las Olimpiadas, dice que esa será la segunda fase.
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