Con la advertencia de que la salida del ministro de Transporte, Miguel Peñaloza, debe ser “un paréntesis corto” para que “continúe sirviéndole al país”, el presidente Juan Manuel Santos confirmó ayer que le aceptó la renuncia.
Peñaloza está envuelto en escándalo por la firma de contratos de la empresa de abogados P y G (que es propiedad de su familia) con el Estado.
El funcionario ha insistido en que sus actuaciones se ajustan a la ley porque cuando iba a ser nombrado como asesor del entonces presidente Álvaro Uribe, consultó con el Departamento de la Función Pública si había alguna inhabilidad. Además, alega que antes de asumir como Ministro de Transporte, su esposa dio por terminado el contrato de asesoría jurídica que prestaban al Invías.
Santos indicó que el retiro de Peñaloza -solo tres meses después de haber sido nombrado en el cargo en reemplazo de Germán Cardona- se da por petición del funcionario quien desea tiempo para afrontar dos investigaciones.
El 3 de agosto, la Procuraduría General le abrió una investigación preliminar para determinar si por el hecho de que P y G haya suscrito contratos con el Estado se cometió alguna irregularidad. Una semana después, la Fiscalía abrió de oficio otra investigación por los mismos hechos.
“El Ministro de Transporte me ha insistido en que por favor le acepte la renuncia con gran gallardía. Me lo ha dicho para que él pueda continuar en la parte de sus investigaciones y salir de eso sin perjudicar en forma alguna al Gobierno”, dijo el Primer Mandatario quien a pesar de ser un periodo de ajustes en su gabinete no anunció quién será el sucesor.
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