Repasando los titulares de prensa de las últimas semanas, he reconsiderado mis prioridades periodísticas para ocuparme de un tema más sensible, que de verdad conmueva a la opinión pública colombiana: las reinas.
Me perdonan si me salgo del protocolo y no les asigno título a las participantes en este reinado? han sido tan manoseadas que es imposible llamarlas "señoritas".
Estas son las aspirantes:
La Extradición: es el prototipo de candidata que sale a la pasarela en busca de un buen traqueto; sin embargo, como la competencia es tan reñida en Colombia, es posible que se conforme con un soplón de media petaca.
La Registraduría: actúa con recato? no le gustan las transparencias. Su deporte favorito es firmar cheques, y sueña con no tener que rendirle cuentas a nadie.
La Fiscalía General de la Nación: ha aceptado públicamente que le gustan los tríos. No obstante, es probable que al final, como toda jovencita, se quede con quien menos le conviene.
Las hermanitas Milicia y Malicia: sus padres cuentan que, durante la gestación, nunca se enteraron de que eran mellizas; pero que nació Milicia? y, al instante, Malicia asomó la cabeza. A estas picaronas les encantan las montañas de Colombia, y su color favorito es el verde militar. La revista Soho las ha llamado varias veces para posar, pero son muy pudorosas: ¡jamás se atreverían a destaparse en público!
El Nepotismo: adora a su familia. Se le ha advertido reiteradamente que este concurso es de género femenino? pero los jurados internacionales llegaron a la conclusión de que Nepotismo no entiende en ningún idioma.
La Corte Constitucional: como toda mujer liberada, es problemática. Ella sabe que nació para decidir? excepto su posición frente al derecho a la Igualdad (en especial si se trata de parejas homosexuales).
La Corrupción: está un poco pasadita de años para participar en un reinado y ella lo reconoce; por eso se ha puesto en manos de un grupo de expertos que la retocan y embellecen para hacerla parecer "muy natural".
El concurso de Miss Universo será su gran desafío, pues tendría como grandes contrincantes a la Venezuela de Chávez (donde, como sabemos, son unos verdaderos magos de la cirugía estética? y ética) y a la reina actual, la México de Calderón: ¡esa sí es una belleza!
Y no quiero decir con esto que Latinoamérica se pueda "dormir en los laureles", porque en la contienda universal, la Italia del Primer Ministro Berlusconi va con todo por la corona.
Sin dignidad, daremos la pelea: medios como el " Miami Herald " ya declararon que la Corrupción en Colombia no tiene rival? ¡Transparencia Internacional nos dio una calificación ética de 3.5 sobre 10!
Por lo pronto, la ganadora del Concurso seguirá accediendo a grandes sumas de dinero, carros lujosos y viajes al exterior. Pero el premio mayor lo otorgamos los colombianos: nuestro silencio.
Y es que por más que compitan las instituciones y sus vicios, nunca podrán destronar a la verdadera reina de Colombia: la Señorita Indiferencia.
Esa sí es una "señorita"... nadie le pone la mano encima.
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