Querían enseñarles y quitarles el miedo a las matemáticas y se toparon con una propuesta que hace 10 años caracteriza la educación de la I.E Desarrollo Rural, Miguel Valencia, de Jardín: la metereología.
Con más de 111 niños vinculados a este proyecto los estudiantes de esta institución educativa, cada día registran la dirección del viento, la pluviometría (la cantidad de lluvia que cae cada día) y miden la humedad relativa del municipio.
Estos datos son recogidos por ellos entre 9 y 11 de la mañana, cuando el satélite Terra cruza el espacio.
Ellos reciben la información de la hora exacta en la que el satélite pasará por Jardín y los chicos salen a hacer sus mediciones, las mismas que luego son enviadas a la Nasa.
El proyecto inició con aparatos artesanales, un tarro de plástico para medir la lluvia, una veleta de cartón y una cartulina con termómetros para medir la humedad, cuenta Mercedes Arrubla, la profesora que se empeño en sacar adelante el proyecto, de la mano de la Universidad Nacional. Ahora tiene un sistema electrónico que les permite medir con mayor precisión. Sin embargo, su dedicación ha sido tal que, en 2003, entre las 850 escuelas del mundo que envían datos a la Nasa, ellos ocuparon el tercer puesto y ahora entre 2.400 que participan ocuparon el cuarto puesto.
Los niños de la Nasa, ahora también harán parte del proyecto carbono cero.
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