Más loca no ha podido ser la Copa América. El anfitrión Argentina y gran favorito, por fuera; el campeón vigente -Brasil-, eliminado por un equipo que no ha ganado un solo juego en cuatro salidas.
Chile, uno de los que llegó con una imagen de grandeza, marginado por uno que siempre ha sido llamado Cenicienta -Venezuela- y uno más, Colombia, del que se esperaba mucho más, apeado por uno como Perú que, históricamente, no ha podido salir de su desorden e irregularidad. Una Copa loca de verdad.
Y si no, vean esto: dos de tres partidos de cuartos de final que necesitaron de la prórroga, fueron resueltos con el lanzamiento desde el punto de penalti.
Pero, además, los equipos que más atacaron e hicieron esfuerzos por ganarlos, se fueron con las manos vacías: Colombia ante Perú dilapidó todo lo que se le antojó; Argentina ante Uruguay, igual. Y ayer, Brasil en su duelo con Paraguay marró hasta cuatro disparos desde los 12 pasos.
Y al final, Venezuela, que por primera vez en la historia va a semifinales, sacó a Chile y es revelación.
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