Cuando los socios originales de lo que en ese entonces era la Compañía Automotriz Ltda. se vieron forzados a repensar su negocio, llamaron a un ‘gringo’ para que les montara la infraestructura y les instalara las nuevas máquinas que llegarían de Alemania.
Fue con el cierre de importaciones de vehículos en 1952 que don Emilio Henao y don Alfonso Arriola, en ese entonces agentes de Chrysler Corporation, tuvieron que transformar su negocio y pasar de vender carros, a reencauchar llantas.
El ‘gringo’ llegó y se suponía que tardaría un mes en hacer el cambio en la infraestructura, pero pasaban los meses y nada que terminaba. Don Gabriel Arriola, actual gerente de la compañía, recuerda oír esta anécdota de su padre, don Alfonso.
"Después se supo por qué. Resulta que el señor descubrió en Antioquia las tres cosas más maravillosas de su vida: pescar y comer sabaleta, el aguardiente y las paisas. Por esas tres cosas se atrasó la instalación de la empresa ocho meses, ¡lo tuvieron que sacar tallado por que no quería irse…".
Por fin se terminó la instalación de la maquinaria y el cuatro de septiembre de 1952, se fundó la Reconstructora de Llantas Hércules, hoy conocida como Reencauchadora Hércules.
En ese momento, la nueva compañía contaba con tres socios: don Emilio Henao, don José Arriola y don Alfonso Arriola. Con el tiempo, don José le vendió a don Emilio y este a su vez dividió la participación accionaria 50/50 con don Alfonso.
"Lamentablemente algunos años después murió don Emilio y sus hijos no tenían conocimiento del negocio, entonces le vendieron su parte a mi padre. Él estuvo al frente de la compañía hasta hace 18 años, cuando falleció", cuenta don Gabriel.
Desde su fundación, la reencauchadora ha funcionado en la esquina de la Carrera Palacé con Calle 34. Cuando la firma incursionó en la venta de llantas nuevas marca Goodyear, estas se vendían por una puerta que daba hacia la calle y la reencauchadora funcionaba por otra puerta que daba a Palacé.
Nuevas líneas de negocios
Desde un principio, Hércules ha mantenido una estrecha relación comercial con Goodyear, quien era su proveedor tanto de llantas nuevas como de reencauche. Hace diez años, esta última línea de negocios pasó a manos de Galgo Pre Q, proveedor mexicano.
"Antes el negocio era más fácil: habían tres marcas de llantas, hoy hay 181 y cada una tiene cientos de diferentes compuestos, diseños, referencias. Nosotros nos estamos abriendo al mundo, enfrentándonos a los TLC y no tenemos la infraestructura adecuada, el mercado está complicado", cuenta don Gabriel.
La tercera generación
En la actualidad, la Reencauchadora Hércules enfrenta todos estos retos con la experiencia de don Gabriel y las nuevas ideas de tres de sus hijos, Sebastián, Nicolás y Gabriel Jaime, que desde pequeños crecieron oyendo las historias de la empresa contadas por su abuelo ‘Poncho’ y su padre.
"Todos los trabajos del colegio y de la universidad tenían que ver con llantas. Vivíamos metidos aquí, y veíamos que de pronto el futuro estaba aquí. Yo entré a trabajar en Hércules en 2003 y empecé con todo el programa de flota. Con los mexicanos vimos que ellos hacían las cosas de una manera distinta en el tema del reencauche y tenían un portafolio muy amplio, entonces en ese momento nos metimos al cuento del servicio de flota", cuenta Sebastián Arriola, uno de los hijos de don Gabriel que hace diez años se vinculó a la compañía.
Hoy, Reencauchadora Hércules cuenta con diferentes líneas de negocio, como la de llantas nuevas, reencauche, venta de insumos importados a flotas y la serviteca Goodyear, con la que se incluyó en las instalaciones de Palacé el servicio mecánico a los vehículos.
Nicolás y Gabriel Jaime también hacen parte de la ‘sangre fresca’ y, junto con su hermano Sebastián, tienen la tarea de continuar con el legado de su abuelo Poncho y de su padre, que a pesar de las duras y las maduras, espera que ese sueño, que empezó hace ya más de 60 años, cumpla su primer siglo de vida.
"Antes de venirse para Hércules, mi papá trabajó en Coltejer, pero salió cuando Ardila Lülle compró la empresa. ¡Fue la única persona a la que echaron al frente de 500 personas, por que era el revisor fiscal…", cuenta don Gabriel, quien entre risas, recuerda que su infancia transcurrió entre tres amores: Coltejer, el Deportivo Independiente Medellín y la Reencauchadora Hércules.
"Ahora todo mi cariño está con Hércules y la meta es llegar a los 100 años, pero eso ya les toca es a ellos (sus hijos). Yo ya estoy es esperando a que me digan que me vaya para mi casa, a descansar".
Para hacerle frente a esa meta, la compañía ha puesto en marcha un plan de expansión por fuera de Medellín, en ciudades como Bogotá, Duitama, Cali y Bucaramanda, donde el mercado todavía tiene espacio para seguir creciendo.
"En Medellín el mercado ya está muy apretado, por eso decidimos abrir en Bogotá hace un año y medio una plande reencauche. También venimos creciendo en el tema de servicios participando en diferentes licitaciones y así mismo hemos montado bodegas satélite en Bucaramanga, Duitama y abriremos proximamente en Cali. En Girardota tenemos una sucursal pequeña con serviteca y reencauche, que es atendido desde nuestra sede principal", señala Sebastián n
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