- Los caminos de un hombre que se puso altos retos.
Don Peter...
Con movimientos exactos y firmeza de gendarme, se sentó, de chico, a tocar piano. Por estímulo de su abuelo Esteban Álvarez -sus libros y ejercicios-, se encantó con la electricidad, la física, la precisión de las matemáticas.
Marcó con puntada de lomillo el forro de hule negro de sus libros escolares. Le pondría su propio sello -perfeccionista- a cada una de sus actividades.
Gritó el día en que, en el patio de La Alameda -su casa paterna-, una ardilla pelirroja le mordió la mano. Y se fascinó ?masticando?, a conciencia, los conocimientos que encontró a su paso.
Fue un compulsivo ?primer puesto? en el colegio de San José. Le quedó la costumbre de buscar la excelencia, día tras día, año tras año.
Se concentraba en comer un queso blanco, en tajadas muy delgadas. Y se concentraría en transmitir, con detalles, su saber, a alumnos, amigos, familiares.
El esposo de Maruja Botero Ospina. El padre de Cecilia, Silvia, Peter J. y Carlos Esteban. Papapi, para sus 14 nietos y 24 bisnietos. El mayor de los diez hijos de Peter y Matilde (le siguen Matilde, Leonor, Tomás, Amalia, Esteban, Elve, Gabriel, Celina y Juan).
Desde chiquito hace el papel de grande. Más, cuando muere su padre, de 49 años. Él tiene 22 (nace el 4 de noviembre de 1908, en Medellín). Bajo los efectos de la gran Recesión económica de los años 30, compartirá con Tomás, las riendas de los negocios familiares -Almacén Universal Peter Santa María y Cía. Ltda. (que marcha al pie de la tecnología de punta y los desarrollos industriales). Y Esteban se les unirá, rápidamente, al concluir su bachillerato.
Archivos y caimanes
El infinito... Un papelito señala ese aparte del libro El mundo de las matemáticas, de James R. Newman, que comparte mueble con la Enciclopedia Espasa. Uno y otra, obras de los afectos del siempre cachaco Don Peter, que huele a agua de colonia Roger & Gallet, de Jean Marie Farina, y es amo de Negro, un perro labrador. Del viajero ?todo terreno? que, igual, disfruta viendo a un grupo de marineros disparándoles, a caimanes, en el Río Magdalena, que haciendo contactos con profesores del MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts), esculcando el Archivo de Indias, en Sevilla, España, o cazando chigüiros, con un rifle con mira telescópica, en los Llanos Orientales.
El hombre de, aproximadamente, 1.85 metros de estatura. De figura seria, cabello negro, ojos cafés, un bigote que sus nietos ?remedan?, cuando toman Milo, y una personalidad que responde a su propia fórmula matemática: voz y andar pausados, exigencia, claridad mental, discreción, rigurosidad, búsqueda de soluciones, realismo, generosidad, afecto, reserva, capacidad mediadora, rituales y horarios, espíritu formador, solidaridad, fascinación por el conocimiento, presencia, análisis, método, buenas maneras, orden y hasta en el menú alimenticio, equilibrio y balance.
Bienvenida, ciencia
¡A ver, mundo, sorpréndeme con tus hallazgos, dime cómo funcionas y cómo te mejoramos!
Arme una planta eléctrica, en la finca La Montaña. Traiga 500 kilos en documentos, de la universidad de Pordue, de Estados Unidos, para estudiar cambios en pénsumes. Me dijeron que en un pueblito suizo fabrican una maravilla de cámara fotográfica. A lo mejor, la sangre sintética será el gran negocio del mañana.
Sí. Vive alerta y atento a los avances de la ciencia y la tecnología. Es permeable a la innovación, en todas sus etapas y en todos sus espacios. Y se interesa por múltiples temáticas: electricidad, códigos y reglamentos, contabilidad, física, fotografía, tarifas, electrónica, educación, cálculo.
Estudia, define y proyecta, cada rincón de la casa. La mesa, el tanque y el transformador, la llave maestra, la alacena, el grifo, la ducha de chorros múltiples, la luz del clóset. Programe la calculadora y el mecanismo de la puerta eléctrica. Corrija el cajón. Y busque respuestas en el taller de mecánica y electrónica.
Está pendiente de todo. De llevar una ancheta con melocotones, a la esposa. De enviar paquetes de alimentos, cuando los vientos de guerra así lo exigen, al profesor alemán Hans Stuhlmann (con quien ha escrito el Tratado Fundamental de la Electricidad). De enseñarle las primeras letras y los números a un hijo. De aplaudir los 5 en las libretas de calificaciones. Y de transmitir principios de física y trucos útiles para hacer operaciones matemáticas.
El hombre-puente
Ingeniero civil y de minas, que no construirá carreteras ni puentes, pero asumirá el reto de aprender y compartir lo que ha recibido. El reto de mostrar caminos y ser, él mismo, ?puente entre la modernidad y Colombia?.
Profesor que sueña con la masificación de la educación, dueño de una letra de rasgos fuertes, legible, aguda en algunos trazos. Gozará desenredando entuertos y haciendo preguntas abiertas a los niños.
Liberal que renuncia la participación activa en política. Será Concejal y Superintendente Departamental de Rentas. En su equipaje acumulará actividades comerciales -lo administrativo, lo contable, atender clientes, contactos con los bancos-. Y experiencias como Secretario de Hacienda Departamental: la creación del Idea, un banco de fomento y para beneficio de los municipios, con el dinero que recibe el Departamento de la venta del Ferrocarril de Antioquia.
Formará parte del grupo de fundadores de Eafit y de la Escuela de Ingeniería de Antioquia. Y se vinculará a la FES y a Colciencias.
Sin palabras
Bástale a cada día su afán... Y un día, a Peter Santa María Álvarez acallará su discurso. Después de haber escrito el libro Origen, desarrollo y realizaciones de la Escuela de Minas de Medellín. Y una tesis sobre electricidad que inspira respuestas a procesos industriales. De alimentarse con expresiones en inglés, francés y alemán. Con frases escuchadas en alguna tertulia de la vieja sociedad matemática de Lino Pombo. Y leídas en las revistas Time, Life, Fortnum y National Geographyc.
Un día su mente ?clara y analítica? entenderá que su organismo no le responde, que no logra retener nombres y conocimientos, que las palabras han escapado.
En la Universidad Nacional ya se ha reducido, al mínimo, la lista de compañeros vivos. Ese día -el pasado viernes 4 de noviembre-, a las 3:00 de la tarde, al profesor de electricidad se le agotará la energía.
Y quedará el legado de quien hizo palomitas de origami, creó juego de sombras con las manos y practicó salto en Calabrés, un caballo colorado. Su legado: las ganas de aprender y multiplicar el conocimiento y la comprensión del mundo, en sus alumnos, y los alumnos de sus alumnos, y... sume y multiplique y resuelva esta ecuación. No será tan complicado
Fuentes de consulta
Darío Valencia Restrepo, Constanza Toro Botero. Familia Santa María Botero y Santa María Álvarez. Archivo familiar. Libro Origen, desarrollo y realizaciones de la Escuela de Minas de Medellín, de Peter Santa María Álvarez.