Ya era hora. De que impere la cordura entre dos naciones vecinas. De que el diálogo se imponga al insulto.
Almuerzo en Madrid con el canciller ecuatoriano, Ricardo Patiño, vehemente hasta en la cuestión más superflua.
Conversamos, entre otros asuntos de actualidad, sobre el estado de las relaciones con Colombia. Se pone en guardia por primera vez. El asunto es lo tan sensible como para morderse la lengua, aunque le pese, ante la inminente llegada en visita oficial de Juan Manuel Santos, cuya fecha debe aún concretarse.
Patiño atribuye el mejoramiento de las relaciones bilaterales al cambio de actitud de Santos. "Sí, trabajamos mejor con él como presidente que como ministro de Defensa", me reconoce. "Ha demostrado su decisión de entablar una relación adecuada", añade.
Tras el ataque de Angostura, en el que cayó el asesino alias Raúl Reyes , el recelo y el odio -alimentado por ambas partes- han sido hasta ahora los vencedores de la Operación Fénix , sobre la que sigo pensando lo mismo que hace más de tres años: que estaba plenamente justificada, si bien debió implicarse al Gobierno de Correa, avisándole minutos antes de que los helicópteros arrasaran el campamento.
El 15 de mayo de 2008 publiqué en el diario La Razón de Madrid una información titulada "Farc, el mayor donante de Correa". Reproduje entonces en exclusiva mensajes interceptados a Reyes y a otros miembros de la narcoguerrilla que avalaban la denuncia. Más adelante, la embajadora americana -declarada luego persona non grata - vinculó a Patiño con el asunto. Sin embargo, concluidos los postres, me niega la mayor. "Ni el presidente Correa ni yo, que era parte fundamental de su equipo, recibimos un solo correo de las Farc, ni dinero de esa gente. Nunca he conocido a un miembro de las Farc. Cuando me dijeron "mataron a Reyes " pregunté quién era Reyes. "Raúl Reyes , el segundo de las Farc", me dijeron. Ni siquiera sabía que había un "número dos". Le interrogo sobre las pruebas en mi poder y es entonces cuando emerge el recelo por la presunta "intoxicación" que -según el Gobierno de Correa- orquestó Santos desde Defensa. "De esas famosas súper computadoras de Reyes , que aguantaron todo el bombardeo, el presidente Correa quiere saber su marca para comprar una. El propio Estado colombiano, el poder Judicial, ha tomado la decisión de desconocerlas como medio de prueba porque perdieron el proceso de custodia. No son correos electrónicos. Por eso no tenemos tiempo que perder en eso", remarca.
¿Pudo llegar el "donativo" narcoguerrillero por otra vía no identificable? Responde tajante que no. "Lo hubiera sabido", afirma. Aclarado el asunto por su parte -me reservo la opinión, aunque no dudo que Patiño cree lo que dice-, charlamos sobre la situación en la frontera y sobre la colaboración en el combate a un enemigo que debiera ser común. El canciller muestra la total colaboración de su Gobierno para enfrentar la presencia de elementos de las Farc. "En cuanto tenemos información al respecto, nuestras Fuerzas Armadas se movilizan para expulsarlos", indica.
Así parece, a tenor de las intervenciones del Ejército ecuatoriano este último año. Quizá sería conveniente, además, que ambas partes dedicaran más informantes y más efectivos a vigilar la porosa frontera, aunque sólo sirva para que nunca más se reproduzca una "guerra diplomática" como la de 2008.
La historia dicta que ese es el origen de toda la sangre vertida en batallas que los políticos fueron incapaces de resolver con la palabra.
Pico y Placa Medellín
viernes
3 y 4
3 y 4
