El cuadro es famoso: a medianoche un taxista pasaba por un cementerio. Una joven lo detuvo. La llevó a casa y como no regresaba a pagarle, tocó la puerta. Le dijeron que era imposible: allí había residido, pero había muerto veinte años atrás. Me lo sé también con sapitos, lombrices y paticos.
¿Por qué será que a uno lo espantan solo? En el empalme del mes de las brujas con el de los muertos vuelven las historias y películas de fantasmas y terror. Y aunque no se crea en ellos, algún cosquilleo se sentirá si prometen un premio por permanecer una noche sentado, solo, en medio de un cementerio. ¿Existen los fantasmas y los fenómenos paranormales?
En la Universidad de Londres un grupo trabaja en ese tema. A esa rama de la psicología se le denomina anomalística o anormal. Un seguidor es el científico Chris French.
Para Jason Braithwaite, investigador de la Universidad de Birmingham "estas extrañas experiencias parecen ser parte normal del funcionamiento del cerebro". Hace poco estudió lo que sucedía en el castillo Muncaster y su cuarto de tapetes, que se cree habitado por el fantasma de Tom Skelton, de quien se afirma cometió un asesinato en el siglo XVI.
Fue Michael Persinger, de Laurentian University en Ontario (Canadá), quien propuso que esas experiencias se debían a campos magnéticos inusuales que desencadenaban reacciones cerebrales. Personas sometidas a ellos en experimentos reportaban sensaciones extrañas, pero no hubo nada concluyente como comprobó luego un grupo sueco.
En el cuarto de los tapetes algunos reportaban llanto de niños, otros sentían alguien a su lado, escuchaban pasos o sentían que los tocaban. Y aunque la mayoría de los fantasmas, aseguran quienes han sido víctimas de sus ocurrencias, aparecen y desaparecen en un abrir y cerrar de ojos, en este cuarto duraban de 20 minutos a una hora.
Braithwaite y colegas examinaron el castillo con aparatos sensibles a campos magnéticos tan bajos como 0,5 nanoteslas y encontraron que el mayor ruido provenía del cuarto de los tapetes. Dentro de él, determinaron que el catre distorsionaba los campos y si alguien dormía allí, al voltearse el campo cerca a las almohadas fluctuaba en una magnitud similar a la descrita por Persinger. Para ver si eso crea los fantasmas hará una prueba con French, que en un experimento en 2005 creó un artefacto para producir los débiles campos magnéticos. Un estudio con 80 voluntarios, empero, no arrojó resultados claros.
No son los únicos que, en nombre de la ciencia, trabajan el asunto. ¿Sabe por ejemplo cómo escapar si un zombi lo persigue? Davide Cassi, físico de la Universidad de Parma en Italia, publicó un artículo científico en Physical Review E, siendo el primero en describir un principio general de las probabilidades de sobrevivir escondido en una estructura compleja. Recomendación: no suba una colina ni corra a campo traviesa, ocúltese, por decir, en un centro comercial. A más recovecos, mayores posibilidades de salir vivo y dejar al muerto viviente viendo un chispero. Qué paradoja: si le sale uno del cuarto de tapetes, no salga del castillo.
En asuntos de fantasmas y apariciones terroríficas, la mente tiene que ver mucho. Pero mientras no haya estudios concluyentes, me excuso de pasar la noche solo en un cementerio. ¡La madre!
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