La historia de Karol y Antonio es un canto a la amistad. Las bicicletas fueron las encargadas de unirlos en el tiempo.
Ni siquiera los kilómetros los han podido separar en una causa común, en la que por fortuna vuelven a estar juntos por las carreteras de Colombia y posteriormente en Italia.
Karol tiene su base de operaciones en el sector de El Salado, en Envigado. Antonio, mientras tanto, viene de Liguria, en Italia.
Hace tres años, ambos ciclistas se conocieron en el cuadro Garlaschesse, de la categoría aficionada en el país de la bota. Hoy, vuelven a estar juntos, ya que Antonio recordó al amigo colombiano, dio fe de sus condiciones, habló por él y harán causa común en las filas del Viris Vigevano de la categoría élite de Italia.
Para tener bases suficientes para afrontar la campaña de 2010, Antonio Giordano se vino para Colombia, donde su amigo Karol, con el fin de sumar kilómetros y poder disfrutar del sol y del calor, algo que nunca en su vida había podido vivir.
"Este país es bello, la gente me gusta. El paisaje es verde. El Oriente de Antioquia me fascina, sobre todo la subida al alto de Las Palmas. Es delicioso el clima de verano que se vive aquí, ya que por lo regular a comienzos de año es de frío y nieve en mi país", cuenta, en un fluido español, este muchacho de intensos ojos azules, quien está en suelo paisa desde comienzos de enero.
El anfitrión es su amigo Karol, el hijo del recordado Quesitero Torres, uno de los estandartes del Clásico EL COLOMBIANO, quien conoció la muerte montado en su bicicleta. Pero ahí está la semilla que germinó.
La gran experiencia
El longilíneo pedalista antioqueño estuvo hace dos temporadas en el ciclismo tano. Allí supo lo difícil que es estar en otro país, muchas veces solitario, pero para su fortuna se hizo amigo de Antonio, quien incluso en esa larga temporada llena de contrastes lo invitó durante una semana a su casa en Liguria, que tiene un paradójico escenario: al pie de las montañas y del otro lado el mar.
"Antonio es mi amigo. Nos conocimos en Italia y nos hicimos llaves. Por medio de él volveré a su país con la moral arriba, después de una temporada mala como fue la del año pasado en la que incluso sufrí una lesión de clavícula que me marginó del Clásico RCN", contó el corredor antioqueño que es producto de la cantera del GW-Shimano.
Hoy, tras el emocionado reencuentro ambos pueden contar cuitas, sucesos para ellos inolvidables o experiencias locales, algunas de las cuales viven a diario por aquello de las costumbres.
Hace poco, de paso por cercanías del parque principal de Envigado, Antonio preguntó por algo que le llamó mucho la atención: los buñuelos. De una tacada el bambino Antonio se mandó 30...
Un amigo italiano que se ha hecho querer en la casa de Karol, que en medio de ese ambiente familiar, todas las mañanas toman impulso para salir por las carreteras antioqueñas, y disfrutar del ciclismo y de una amistad que es todo un canto a la vida.
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