Es el vocalista de Iron Maiden. Sin duda, una estrella de rock. A la rueda de prensa en Campus Party Colombia, Bruce Dickinson llegó como todo un empresario: la melena engominada, camisa y chaqueta, ambas de color negro e impecables. Con una sonrisa, voz gutural y acento muy británico, saludó con un ¿qué quieren saber?
Es todo un personaje. Puede subirse a un escenario e invocar frente a 50.000 fanáticos a "Eddie", la bestia y mascota, que parece el séptimo integrante de la banda. Ama pilotear un avión, escribir novelas y practicar esgrima o ajedrez.
Nunca ha dejado la música, pero ahora parece un asunto de "medio tiempo", porque las empresas y proyectos, no solo los propios sino los de otros, como business angel (ángel inversionista), le capturan buena parte de su tiempo.
Le gusta estar ocupado y mantener ese espíritu de explorador activo que conserva desde la niñez. Nació en un pequeño pueblo de Inglaterra. Su padre trabajó como mecánico de carros y su madre era dependienta de un almacén. Pronto se acostumbró a los continuos cambios de domicilio de sus padres.
Quería ser conductor de trenes. "Cuando era pequeño todavía había trenes a vapor", rememora. Luego quiso ser astronauta, "algo en los que no tuviera que caminar", dice.
Aprendió a tocar bongó y a los 20 conformó su primera banda de música, Samson, la que abandonó dos años después, luego de conquistar el puesto como vocalista de Iron Maiden y empezar su periplo con la famosa banda de Heavy Metal.
Desde entonces no ha abandonado la música, pero es algo de lo que no quiere hablar, por lo menos en Campus, aunque luego al subir al escenario, la melena pierde el rigor de la gomina y deja ver la comodidad y pasión que siente en el escenario, frente a un público que lo aplaude como la estrella que es.
Volar es su pasión
"Ya no vuelo tiempo completo, usualmente saco vacaciones y allí lo hago. Es algo loco", dijo a El Colombiano. Pilotear aviones comerciales es uno de sus mayores divertimentos. Lo ha hecho por años, en un 757, incluso en las giras con Iron Maiden.
Hace un par de años, la compañía para la que volaba que hacía el tour del grupo alrededor del mundo se quebró y 500 personas quedaron sin trabajo.
Aunque es algo triste, reconoce ahora, decidió con su compañero de equipo e inversionista, volver a apostarle a un proyecto en el que están pintando y refaccionando los aviones, entrenando de nuevo el personal en simuladores virtuales. Lo tienen listo, es su próximo gran proyecto, pero aún no esta funcionando.
Cree que el fracaso se debió a una mala administración. Él tenía unas ideas y el equipo al frente de ella, tenía otras.
También tiene interés en una compañía americana que está construyendo un avión "amigable" con el medio ambiente, un negocio que tan solo esboza.
No cree que la reputación como rockstar afecte su pasión como hombre de negocios del sector de la aviación. Es algo que ha consolidado por años y en lo que ha impuesto su filosofía de trabajo, a prueba.
Esa en la que el fracaso no es un obstáculo. "Lo importante es superarlos". ¿Qué es lo mejor que puede pasar?, ¿qué es lo peor que puede pasar?, suele preguntarse. "No hay que poner toda tu vida en algo, porque luego eso fracasa y entonces tu vida se acabó".
Cree que los emprendedores tarde o temprano fracasan y que hay que manejar el riesgo, tal como lo hacen los pilotos en un vuelo largo y complicado: siempre tienen un plan B.
El rock también es negocio
"Una banda de rock es la mejor manera de perder el tiempo", bromeó, ante la apreciación de que el rock, para algunos, no puede ser una empresa sino un asunto entretenido.
Para Bruce, es cuestión de "integridad y confianza". Es nunca fallar a su público y fanáticos, la razón de ser de una banda. Y garantizarles que verán el mejor espectáculo de sus vidas.
"No es algo terriblemente complicado la relación estrecha que se da entre los fanáticos y su banda. Solo es que no hay que defraudarlos".
todo es sencillo para Bruce, o por lo menos así lo hace ver, aún cuando tiene que decidir en qué nuevo proyecto invertir. Se prepara para perder o recobrar una parte, asegura: "Es estar preparado para perder dinero". ¿Ah… y no hay que olvidar consultarlo con la esposa, "al fin y al cabo el dinero también es de ella".
Pico y Placa Medellín
viernes
0 y 6
0 y 6
