El jugador de fútbol convive entre el aplauso y el madrazo. Pero, por medio año, a Brahaman Sinisterra le hicieron falta los insultos.
Hoy, después de seis meses de ver fútbol desde la tribuna, volverá a sentir, desde la cancha, ese hervidero de emociones que es una tribuna. Hoy será de nuevo futbolista con el Envigado.
"Fue algo raro porque nunca había vivido eso de estar seis meses sin jugar, siempre en la tribuna, que sabía que no iba a ser tenido en cuenta. Pero son retos que te pone la vida y los pudimos superar gracias a la experiencia que tengo", explica Jesús Brahaman Sinisterra Arias, quien ya cumplirá 15 años de su debut en la primera división, por allá en 1995 con el América de Cali.
De ese momento a hoy ha pasado mucha agua por el río. Este chocoano, de 33 años, ya tiene sellos de pasaporte de Alemania y Argentina, así como pasos en Colombia por Pereira, Quindío, Millonarios, Pasto, Tolima, Boyacá Chicó y ahora la naranja envigadeña.
En todo ese tiempo de armar maletas, Brahaman ha agarrado callo. Sabe lo bueno de los aplausos, lo malo de los madrazos. Aunque, en su caso, todo es bien recibido.
"Extraño todo, el campo, los aplausos, hasta los insultos. Y es que en Colombia son más los madrazos que las felicitaciones. Todo eso hace parte del fútbol, y la verdad sí me hacía falta", dice Brahaman, que entrará a la formación titular como lateral derecho, al otro lado de esa zurda que lo llevó hasta una Selección Colombia, y que ahora tomará el lugar de Elvis Perlaza entre los once titulares del entrenador Óscar Aristizábal.
Para un hombre que lleva más de una década jugando fútbol, eso de estar por fuera de los once es complicado, más si traía un buen nivel, con un título en Chicó (primer semestre de 2008) y una buena campaña con el Pereira de Luis Fernando Suárez.
"El último partido que actué fue con el Pereira el año pasado, y estaba jugando bien, con nivel. Pero unas diferencias con los directivos me sacaron del equipo. Estuve en Envigado desde principio de año, pero hasta ahora está la oportunidad de jugar", dice Brahaman, quien tiene en su hoja de vida un par de excursiones en el exterior por Almagro, Banfield y Nueva Chicago (todos de Argentina) y el Arminia Bielefeld y Ahlen (Alemania).
Hombre de fe, Sinisterra no desfalleció, ni siquiera cuando todos los partidos eran por televisión. "Nunca en la vida me he dejado vencer. He tenido retos y dificultades, pero no he dejado de pelear. Hoy tengo todavía para dar... y lo daré".
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