Hoy, a las 8:30 de la noche, cada uno de nosotros puede tener un gesto amigable con el Planeta. Apagar las luces que no se necesiten en casa, en la oficina y en edificios públicos durante una hora será una forma de comprometernos con el cuidado de nuestro entorno y darles ejemplo a los demás.
Un recinto a oscuras o un monumento sin luces será una caricia para un ambiente que cada vez pide más atención y acciones concretas de cuidado y protección.
Un total de 121 países y 3.400 ciudades confirmaron su disposición para participar en la Hora del Planeta, una iniciativa que nació en Sidney, Australia, hace tres años, para generar conciencia sobre el cambio climático y sobre los enormes efectos que nuestros pequeños gestos producen en el bienestar de la Tierra.
La Hora del Planeta o el "apagón amistoso", como también se le ha llamado a la iniciativa del Foro Mundial para la Naturaleza o WWF, por sus siglas en inglés, logró una amplísima convocatoria en el mundo virtual: tiene un millón de seguidores en Facebook y 25.500, en Twitter. Un crecimiento generoso y que permite intuir que se trata de un compromiso de grupos de jóvenes, puesto que son ellos los mayores usuarios de las redes sociales y los llamados a ser guardianes del ambiente y promotores de acciones ecológicas.
Un compromiso que va en aumento: en el primer año participaron un país y una ciudad y al año siguiente, la jornada incluyó 4.088 ciudades, de 88 naciones.
Apagar las luces esta noche, en el comercio y en los hogares, será darle respiro a un planeta al que sometemos a excesos como la tala de árboles, los gastos sin consideración de papel, agua y energía, y demás actividades propias de una sociedad de consumo, que van en aumento sin unas normas ecológicas mínimas.
Por eso, el gesto simbólico de esta noche es nuestra oportunidad para devolverle a la Madre Tierra lo que le hemos arrebatado, pensando en nuestro mejor vivir y olvidándonos de que, en el ciclo de la vida, dependemos unos de otros.
Elevamos un llamado para que la Hora del Planeta no se quede en un apagón de luces esporádico. Que jornadas mundiales como esta comporten un cambio de actitud y permitan extender estos gestos a otros espacios y durante todo el año, y construir así verdaderas personalidades verdes, amigas de la Tierra.
Hoy le podemos regalar al Planeta una hora de alivio. Sesenta minutos que serán testimonio de nuestra conciencia ambiental y que, esperamos, sean el comienzo de una actitud más ecológica y verde, para defender el ambiente que reclama mucho más que un suiche abajo.
Pico y Placa Medellín
viernes
3 y 4
3 y 4
