Por julio césar acosta v.
Desde 2014 Rigoberto Urán no ha estado en un equipo que le dé la talla. Así piensan Jorge Ovidio González, presidente de la Federación Colombiana de Ciclismo, y el técnico nacional, Carlos Mario Jaramillo.
Sus segundos puestos en el Giro de Italia (2013 y 2014) y Tour de Francia (2017) han sido más un esfuerzo individual y una demostración de grandeza.
“Entendió que tenía dos años muy regulares, que se le acababa el contrato con el equipo y que es un corredor que tiene mucho para dar. Se concentró solo en el Tour, nada de Giro, se preparó bien y ahí están los resultados”, manifiesta Jaramillo.
“La actuación de Urán es sensacional. Terminar segundo en un Tour y a tan escaso margen (54 segundos), siendo el único colombiano que lo logró, hasta el momento, porque los demás han pasado del minuto, demuestra que es un ciclista de talla mundial, que ya lo había demostrado con dos segundos puestos en el Giro de Italia, pero que lamentablemente no ha contado con equipo”, dice González.
Para Carlos Mario, Rigo es un corredor con mucho talento y capacidad. “Su actuación en la crono (ayer) fue impresionante, perdió pocos segundos con el mejor del mundo y eso se debe a que comprendió que tiene muchas condiciones y puede pelearle a los grandes. Lástima que siempre corrió solo, ante equipos tan fuertes como el Sky”.
Según Jorge Ovidio, Rigoberto no es un corredor normal, es de un alto nivel que no le han favorecido los cambios de escuadra. “Tuvo dos años regulares, pero no por sus capacidades, sino porque en las escuadras que militó (Omega, Etixx-Quick Step, e incluso el actual Cannondale), no le dieron la talla, porque confiaron más en Pierre Rolland y Andrew Talansky que en él”.
En los momentos cruciales siempre se le vio solo, sin otra camisa verde fosforescente al lado. Jaramillo y González se preguntan: ¿qué hubiera sido de Urán si en alguna de las etapas hubiera sufrido un pinchazo en los metros finales? Hoy sería otra historia n