Quería darle a Colombia la medalla de oro y a pesar de su esfuerzo en el ring no lo consiguió. Por eso Yuberjén Martínez lloró, escondió esa sonrisa y euforia que el viernes anterior le había regalado al país cuando aseguró la presea de plata, el máximo logro del boxeo nacional en la historia de los Juegos Olímpicos.
Al Tremendo se le notó triste, aunque ese sentimiento no le impidió reconocer la superioridad de Hasanboy Dusmatov, de Uzbekistán, quien lo venció ayer por decisión unánime de los jueces (3-0) en el Pabellón 6 de Riocentro, en la final del peso minimosca.
Con gallardía, el urabaense, tras escuchar el veredicto, abrazó a su rival y con el dedo índice lo señaló como el número uno. Un gesto más de la grandeza de este hombre de 24 años, nacido en Turbo y ahora residente en Chigorodó, que acaba de escribir otra página dorada en el deporte que, hasta la década del 80, le dio las mayores alegrías a Colombia, y que hizo recordar el último podio olímpico de Eliécer Julio hace 28 años en Seúl, y los títulos mundiales de Antonio Cervantes Kid Pambelé y Miguel Máscara Maturana.
“No se me dieron las cosas, pero bueno, la gloria sea para Dios. Vamos a ver qué pasa y qué propuestas vienen”, dijo mientras exhibía el metal que pendía de su cuello.
Ya en el podio, el lugar en el que en las horas previas se había imaginado escuchando el Himno nacional y que no fue posible, la felicidad volvió a él. Entendió que en las cinco peleas que disputó, frente a adversarios de renombre como Patrick Lourenco (Brasil), Joahnys Argilagos (Cuba), Rogen Ladon (Filipinas) y Samuel Carmona (España), tienen gran valor y máxime cuando llegó a Río en el anonimato, sin fogueos internacionales, pues como dijo Eduardo González, director deportivo del Comité Olímpico Colombiano, la actuación del paisa superó los presupuestos.
La gente expresó en las redes sociales su complacencia por el desempeño de Yuberjén. “¿Que nuestros deportistas que ganan plata o bronce en los Olímpicos quedan debiendo? El oro lo ganaron en su lucha contra la pobreza”, escribió en Twitter el columnista Alberto Salcedo.
Dora Elena López, agradecida, simplemente señaló que “no se perdió una de oro, se ganó una de plata”.