Nueve deportistas olímpicos australianos fueron liberados el sábado por la policía tras pagar una multa de 90.000 reales (28.100 dólares) por entrar al estadio donde se jugaban las semifinales del baloncesto de los Juegos de Río sin una acreditación que se los permitiera.
La jefa de la misión australiana, Kitty Chiller, publicó una disculpa en nombre de los atletas, quienes pasaron la noche en una comisaría, y dijo que el problema con las credenciales para el partido entre Australia y Serbia no fue culpa de ellos.
La policía dijo que retuvo los pasaportes de los deportistas a la espera de que el pago se haga efectivo.
La detención se los deportistas australianos se dio horas después de la partida del país del nadador estadounidense Jimmy Feigen, quien acordó pagar una multa de 35.000 reales tras dar un falso testimonio respecto a un supuesto robo que había sufrido con varios compañeros, un escándalo que estuvo en la boca de todos en los últimos días.