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Así le fue a Duque con el manejo de su política exterior

Su bandera del cerco diplomático a Nicolás Maduro fracasó, pero logró maniobrar en la relación entre China y Estados Unidos.

  • El opositor venezolano Juan Guaidó junto al presidente Iván Duque y la vicepresidenta Marta Lucía Ramírez. FOTO: Colprensa
    El opositor venezolano Juan Guaidó junto al presidente Iván Duque y la vicepresidenta Marta Lucía Ramírez. FOTO: Colprensa
28 de julio de 2022
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Algunas de las banderas que ondeó Iván Duque al comienzo de su gobierno en el marco de su estrategia de política exterior se quedaron sin seguidores al final de su administración.

Eso pasó, por ejemplo, con lo que Duque calificó como el cerco diplomático a Nicolás Maduro, con el cual se buscó sacar al régimen del Palacio de Miraflores. No obstante, cuatro años después los hechos juegan en su contra porque el oficialismo sigue en el poder y a quien el mandatario respaldó como presidente encargado, Juan Guaidó, se chocó con la realidad de no lograr cambios internos en el país; tampoco tuvo influencia real.

Venezuela fue, si se quiere, el principal renglón de su estrategia de relaciones internacionales. Aunque en lo político no consiguió su objetivo contra el chavismo, en lo humanitario sí logró poner a Colombia en la agenda del mundo con el Estatuto de Protección Temporal para los 2,4 millones de migrantes que arribaron al país huyendo de la crisis de la nación vecina.

En todo caso, la política exterior de la Casa de Nariño va más allá del factor Maduro. La alianza de 200 años con Estados Unidos, las relaciones comerciales con China y los acercamientos con Israel y con la OTAN también hacen parte de esa compleja receta de trazar un Estado con varios alfiles en el ámbito global.

“El gobierno supo navegar de forma prudente en las aguas inciertas geoestratégicas que han dejado los años de competencia entre Estados Unidos y China. Logró mantener y profundizar sus relaciones de amistad de larga data con Washington al tiempo que amplió la agenda de temas bilaterales con Pekin”, detalla el investigador de relaciones internacionales de la Universidad Externado, David Castrillón-Kerrigan.

El experto apunta que la nación de Xi Jinping se posesionó como un aún más importante sociocomercial, lo que se hizo evidente con la entrada de empresas chinas como actores relevantes en el sector de infraestructura. Por ejemplo, para la construcción de obras como el Metro de Bogotá.

Justo por ese equilibrismo entre las dos potencias Iván Duque gestionó el regreso de los colombianos que estaban presos en China y hasta consiguió que la Casa Blanca avalara su lucha contra los cultivos ilícitos en el informe publicado en julio de 2022, a pesar de que aún se prevé que el reporte de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito muestre un panorama distante al que se vio en el examen de la administración de Joe Biden.

Pero en ese catálogo también entran la confrontación que protagonizó el ministro de Defensa, Diego Molano, contra Irán en el marco de su visita a Israel, la campaña de unos militantes del Centro Democrático en favor de la reelección de Donald Trump y los bemoles que tuvo el Ministerio de Relaciones Exteriores. Esos fueron algunos de los puntos débiles.

Como lo apunta el profesor de relaciones internacionales de la Universidad del Rosario, Mauricio Jaramillo Jassir, “la Cancillería estuvo muy desdibujada, especialmente desde que Duque le dio a la jefatura de gabinete el manejo de la política exterior”. Esa cartera tuvo tres ministros: Carlos Holmes Trujillo, quien luego pasó a la de Defensa; Claudia Blum, una diplomática que poco apareció en medios; y la vicepresidenta Marta Lucía Ramírez.

Fue durante la administración de Blum que se filtró el audio del exembajador de Colombia ante Estados Unidos, Francisco Santos, criticando al Departamento de Estado de la Casa Blanca a pesar de que él era el llamado a mantener en buen término las relaciones con ese país. El escándalo no suscitó, si quiera, un jalón de orejas de Duque a Pacho Santos.

En el entretiempo de los escándalos se firmaron tratados de libre comercio con Reino Unido e Israel, se concretó el ingreso de Colombia a la OCDE y se empezó a negociar una alianza comercial con Emiratos Árabes Unidos que deberá concretar el presidente electo Gustavo Petro.

Será Petro también quien termine dando un giro a la enemistad de la Casa de Nariño con Nicolás Maduro, un paso que ya dieron otros latinoamericanos y hasta la administración de Joe Biden, con los acercamientos que se conocieron con el régimen.

Por eso, como concluye Jaramillo Jassir, “Colombia no entendió que se quedó sola. México y Perú terminaron abandonando el Grupo de Lima y Estados Unidos flexibilizó su postura frente a Venezuela. Hoy el país se dio cuenta de que perdió cuatro años de no incidencia en los que hubiese podido actuar como facilitador”.

Con esos antecedentes, el país se alista para un cambio en su política exterior que perfila al componente de la paz como el centro de las relaciones internacionales de Colombia en la era de la Presidencia Petro.

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