No es mediodía, pero el sol ya calienta con fuerza las mangas y calles de Ciudad del Río, en el sur de Medellín. Entre edificios nuevos y otros en construcción, más de 150 personas se mueven con el orden de las hormigas, armando y desarmando una Plaza de Flores.
Durante la semana de Feria hay más de 100 eventos programados, entre conciertos, desfiles y zonas de encuentro.
Y, aunque por lo general los protagonistas son los silleteros o artistas, tras bambalinas hay más de 700 personas que, con su oficio, son el eslabón para que cada año la ciudad homenajee una tradición y una memoria, y además muchos celebren entre bailes y conversaciones.
Un trabajo por la cultura
Desde cables para el escenario que albergará al menos a seis artistas por día, sillas y espacios para el descanso, hasta heno y flores que decorarán el espacio, hacen parte de las cosas que cada una de estas personas ubica en el lugar ideal para dar vida a la tercera Plaza de Flores de la ciudad –junto a las de Norte y Occidente–.
Estos espacios, explica María Paulina Robledo, comunicadora de la secretaría de Cultura de Medellín y líder del equipo de producción, “nació hace tres años, como el lugar que reúne todo lo que es la Feria de Flores, pero que además es un plan para la familia”.
Mientras habla, coordina y da indicaciones a sus compañeros. Vienen de organizar otros eventos y cuando culminen con este, asumirán la responsabilidad de otro. “Podemos llevar días sin dormir bien, pero nunca se cae el ánimo. Pues cuando se llena la plaza, es como si se recompesara el esfuerzo. Es un sentimiento que se vive con todos los que trabajamos acá”.
Según cuenta Alejandro Restrepo, encargado de la producción técnica, hay cerca de 40 personas construyendo solo ese escenario y velando porque todo funcione a la perfección, si bien dice que este es de los pequeños, y otros requieren más gente.
“Nosotros venimos trabajando desde el 30 de julio con jornadas muy extensas, en especial en días de montaje. Nos enfrentamos a espacios poco adecuados o con muchas restricciones para eventos o estar alejados de la familia por el trabajo. Pero nuestra razón de ser es ver un resultado dedicado al arte y la cultura”, relata.
Los trabajos en la Plaza de Flores continúan. Entre tanto, en la avenida Guayabal, sin tanto protagonismo, cerca de 20 hombres arman e instalan las gradas para ver el Desfile de Silleteros este domingo.
Incluso hay más. Fuera de los registros del recurso humano oficial, hay cientos de personas que se suman a los otros protagonistas de la Feria.
Por ejemplo, aquellos que venden agua o comida, como es el caso de Amparo Grisales, quien normalmente tiene un puesto de trabajo informal en el Parque de los Deseos, pero durante esta semana se traslada a los conciertos.
Tras bambalinas
De días de Feria de las Flores han pasado solo seis, pero desde hace más de tres meses los creativos se han reunido para planear y diseñar cada proyecto. Diego Moreno, subdirector del Departamento Administrativo de Gestión del Riesgo de Medellín, y coordinador del comité operativo, uno de los dos frentes que dirigen la Feria de las Flores, contó que son al menos 700 personas entre logística, técnicos, bomberos, policías y trabajadores de Emvarias.
Así que mientras usted baila, detrás hay muchos personajes haciendo posible que todo funcione perfecto.