Cuando el árbitro brasileño Raphael Claus terminó la final de la Copa América 2024, un silencio incómodo reemplazó el bullicio que unos minutos atrás se escuchaba por las calles de los barrios de Colombia.
Hubo gente que lloró. Otros gritaron por frustración. La fiesta que estaba montada para celebrar el título criollo no se realizó. La posibilidad de que la Tricolor fuera campeona de América, después de 23 años, se esfumó. Colombia quedó sumida en una “tusa” deportiva.
La desazón no fue solo por la derrota. También por la forma en que se perdió. La Tricolor, dirigida por Néstor Lorenzo, jugó un buen partido. Fue el equipo que tuvo mayor posesión del balón, con 56%; el que más veces pateó al arco (19 contra 11 de Argentina); el que logró acumular mayor cantidad de pases (602-474); el que mayor precisión tuvo al atacar (85%-82%).
Pero la pelota no entró. En la caída ante Argentina no solo se perdió el título continental. También el invicto de 28 partidos (22 victorias y 6 empates) que tenía el seleccionado nacional. La última derrota antes de que iniciara esa seguidilla de buenos resultados fue, paradójicamente, contra los argentinos el 1 de febrero del 2022 en Buenos Aires, por eliminatorias.
El equipo que nos puso a soñar
Todos los colombianos estaban ilusionados con que la Selección consiguiera su segunda Copa América en Estados Unidos. En los cinco partidos previos a la final del torneo continental, los cafeteros mostraron un buen nivel.
La “Lorenzoneta” fue sólida en ataque y defensa. Durante todo el torneo marcó 12 goles, mientras que solo recibió tres. El extremo guajiro Luis Díaz, y el lateral antioqueño Daniel Muñoz, fueron los goleadores de la Selección en el torneo con dos anotaciones.
Además, James Rodríguez, capitán y líder del seleccionado criollo, participó de manera directa en siete goles: celebró uno (de penalti, contra Panamá), y dio seis asistencias. Con eso, ratificó que aún le queda mucha magia. Además, se ganó el premio de mejor jugador de la Copa América.
Con el renacer de James, se creó en nuestro país una ilusión, un aura entorno a la Selección, que no se veía desde la histórica participación en Brasil 2014, cuando el equipo llegó por primera vez a cuartos de final en una Copa del Mundo.
Pero esta vez fue diferente. En 2014 la Selección sorprendió por su buen nivel, ya que por lesión no tuvo a Falcao García, referente del momento. Este año, todos éramos conscientes de que el equipo llegaba en un rendimiento alto que, para muchos, lo obligaba mínimo a ser finalista del torneo continental.
Además, tenía un plantel con individualidades destacadas. Luis Díaz hizo una buena temporada con Liverpool. Jéfferson Lerma y Daniel Muñoz brillaron en el Crystal Palace de Inglaterra. Richard Ríos se consolidó como uno de los mejores volantes centrales del balompié brasileño con Palmeiras.
Jhon Arias venía de ganar la Copa Libertadores y jugar la final del Mundial de Clubes con Fluminense. Johan Mojica alcanzó forma física impecable con el Osasuna, mientras que Jhon Córdoba, que con el paso del tiempo se consolidó como el delantero titular del equipo nacional, firmó una buena temporada en el Krasnodar ruso.
Camilo Vargas, por su parte, se consolidó como el reemplazo de David Ospina en el arco de la Selección; mientras que en la defensa Dávinson Sánchez recuperó en el Galatasaray la regularidad y el ritmo que años atrás lo caracterizó; Jhon Lucumí llegó en buena forma y Carlos Cuesta, cuando el anterior se lesionó, respondió de buena manera.
Eso, sumado a que la Tricolor venció en los partidos amistosos de preparación a España, a la postre campeona de la Eurocopa que se disputó en Alemania. El partido, que se disputó el 22 de marzo del 2024 en el London Stadium de Londres, capital del Reino Unido, terminó 0-1 en favor de los criollos gracias a un gol de Daniel Muñoz.
La “Sele” también venció 3-2 a Rumania en un partido intenso que se disputó el 26 de marzo en el estadio del Atlético de Madrid. Ese día, Jhon Córdoba, Jhon Arias y Yáser Asprilla, marcaron las anotaciones que le quitaron a los rumanos el invicto de 21 juegos que tenían.
Un ambiente sin igual
Entre junio y julio del 2024 hubo una aura especial en el país. Por un mes, todo pareció girar entorno a la Selección. En todas las cuadras de los barrios criollos se escuchaba la canción “El Ritmo Que Nos Une”, del cantante antioqueño Ryan Castro con la participación de Luis Díaz y Juanfer Quintero.
“Qué calidoso, qué mostro, qué jugador”, se escuchaba en las historias de los colombianos en Instagram. Además, el equipo de Lorenzo logró convocar, de manera masiva, a los compatriotas que viven en Estados Unidos. Sí: durante casi todos los partidos de la Copa América el seleccionado nacional pareció jugar de local, como en Barranquilla.
Por todo eso, además de las victorias contra Alemania ( 0-2) y Brasil (2-1) en 2023, había muchas expectativas con un posible triunfo colombiano en la Copa. No llegó. Y aunque muchos lloraron, quedaron en una tusa futbolera, el 2024 pasará a la historia como el año en que la Selección Colombia nos ilusionó a todos. El título, seguro, llegará pronto.
¿Cuál fue el balance general de la selección en 2024?
La Selección Colombia tuvo un muy buen año en 2024. El equipo criollo, dirigido por Néstor Lorenzo, disputó 16 partidos en los 12 meses. De ellos ganó 10 (1-0 a España, 3-2 a Rumania, 1-5 a USA, 3-0 a Bolivia, 2-1 a Paraguay, 3-0 ante Costa Rica, 5-0 a Panamá, 0-1 a Uruguay, 2-1 ante Argentina, 4-0 a Chile), empató dos (1-1 Perú, 1-1 con Brasil), y perdió cuatro (1-0 con Argentina, 1-0 con Bolivia, 3-2 con Uruguay y 0-1 con Ecuador). Sus dos últimos juegos, por eliminatorias, terminaron en caídas.