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Todo en el desempeño del pelotero colombiano Giovanny Urshela en los Yanquis de Nueva York corre como cuando le pega a la bola o la lanza para poner out a algún corredor: a velocidad pasmosa.
Este cartagenero de raro apellido, empieza a tomar nombre en la Gran Carpa no solo por hacer parte del roster (nómina) de los llamados “Mulos del Bronx” sino porque viene asumiendo protagonismo siempre que se planta en la caja de bateo o en la tercera almohadilla a la defensiva. De hecho, cada vez que en televisión se anuncia su turno al bate, los expertos comentaristas estadounidenses siempre ponderan sus números como jugador de béisbol.
El tercera base ascendido de triple-A (algo así como las divisiones menores de los equipos) al primer elenco debido a una lesión de hombro del antesalista titular, el dominicano Miguel Andujar, el pasado 6 de abril, actuó desde el sexto inning y mostró un juego sólido que, incluso, mereció elogios del exigente manager yanqui, Aaron Boone, cuando señaló, en el canal del club, que “Urshela es un jugador ágil y potente, de seguro tendrá muchas más oportunidades en el primer equipo”. Nueva York ganó ese duelo 6-4 a Orioles.
Gio, como se le conoce en el mundo de la pelota, es el segundo colombiano en actuar en un partido de Grandes Ligas con la escuadra de la Gran Manzana. El primero había sido el barranquillero Donovan Solano, en 2016, participando solamente en 9 partidos.
Con 104 turnos al bate, 36 juegos, ya suma 36 hits, 9 dobletes, 2 cuadrangulares, 14 carreras, 16 impulsadas, 7 bases por bola, .346 de promedio ofensivo (veces que batea de hit por partido).
“Urshela firmó con la organización de las Grandes Ligas en 2008 para la organización de los Indios de Cleveland; sin embargo, cuando llegó a ese equipo no tuvo gran fortuna puesto que su fuerte era la defensa. Su “guante” (trabajo en el cuadro interior del campo -defensivo- no tiene ningún reparo, pero carecía de un buen bateo”, manifiesta Alberto Agámez, analista y experto en béisbol, quien le tocó presenciar las primeras prácticas del cartagenero cuando llegó a EE. UU. al “spring trainning” (pretemporada) de la novena india once años atrás.
Otro colombiano, Tito Quintero Milanés, un scout (cazatalentos) quien se había vinculado a los Indios como su representante en Colombia, les prometió un gran prospecto y ese, justamente, fue Urshela. “Siempre mostró condiciones a la defensiva, requería algo de práctica en bateo, pero de a poco seguramente lo iría consiguiendo”, señaló Quintero, quien lo firmó el 2 de julio de 2008.
Hoy, agrega Agámez, el paso a los Yanquis le ha permitido progresar en forma acelerada.
“En Indios no tuvo muchas oportunidades pues tenía problemas con su bateo. Ahora, con el trabajo del “hitting coach” (entrenador de bateo) de los Yanquis, Gio se ha consolidado a la ofensiva. De hecho, ya registra 104 turnos y un sensacional promedio de bateo de .340, lo que indica que cuando se estabilice como bateador inicialista del equipo podría figurar por arriba de .300 que es el anhelo de todo pelotero”.
Y eso no es todo, el encanto de Giovanny en la Gran carpa va más allá de su actuación en el diamante. Tiene carisma. Cada vez que batea aparecen carteles, portados por los aficionados que acuden al estadio de los Mulos con la ya tradicional leyenda: Gio .