Kei es hijo de una pianista y un ingeniero, que cuando el chico tenía 14 años lo vieron desprenderse del hogar en Shimane, una montañosa prefectura situada en la región de Chugoku sobre la isla Honshu, en Japón, donde nació y recibió una educación para hacerlo profesional en cualquier otra actividad menos el tenis.
Sin saber ni una palabra de inglés, el que hoy se ha convertido en el sexto tenista del mundo emprendió en la afamada Academia Bolletieri, en Florida, el camino de la élite que lo llevaría a ser el mejor de su país.
Nishikori no advirtió, en sus primeros años, que pudiera convertirse en ícono del tenis japonés; sin embargo, a medida que pasaron los años en la academia, comprobó que su juego podría brindarle satisfacciones y llegar a codearse con los mejores juveniles del momento, como lo advierte su tutor, Mr. Masaaki Morita, en entrevista que publicó la ATP.
Sólido y rápido. Así definen sus rivales el tenis que practica y sobre quien, este fin de semana, se posarán los ojos cuando se cumpla, en Pereira, el repechaje de la Copa Davis por un cupo al Grupo Mundial 2016 entre Colombia y Japón.
Con 15 años, en 2006 ganó el título de dobles de Roland Garros, siendo su puerta de entrada al mundo del deporte blanco profesional.
Kei Nishikori aprendió a vivir con la atención de los medios hasta convertirse en el primer campeón ATP de Japón con 16 años. De algo sirvió la primera raqueta que tuvo a los 5 años y que pese a que la soltó por varias temporadas, luego la recuperó y jamás la soltó.
Kei es verdugo de muchos, como de los colombianos Santiago Giraldo, Alejandro Falla y Alejandro González, a quienes enfrentará -con su equipo- en busca del Grupo Mundial, en el que figuran los 16 mejores conjuntos por países del mundo .