Lo hecho por Juan Pablo Montoya en las 500 Millas de Indianápolis es hazaña. Partiendo desde el puesto 15 solo tres pilotos habían conseguido ganarla: René Thomas (1914), George Robson (1946) y Graham Hill (1966).
Pero lo que jamás había ocurrido es que estando en el último puesto la ganaran, como sucedió con el piloto colombiano que en la vuelta tres entró a pits porque se le dañó el alerón trasero, ante un toque con la única mujer que compitió, Simona de Silvestro.
A Montoya lo favoreció que la carrera estaba en bandera amarilla, entonces no perdió una vuelta y solo lo mandaron al último lugar. Después vino la gran remontada y un final dramático por la cerrada lucha que tuvo con su compañero Will Power y el rival de Chip Ganassi, Scott Dixon.
Lo de las últimas 10 vueltas es para no olvidar. Montoya lució inmenso y no solo ganó la prueba más importante en E.U., sino que se ratificó como el número uno de la IndyCar. Corrió a 358 km por hora .