El uniforme que portó Jorge Hugo Giraldo en los Olímpicos de Londres-2012 y el traje que usó Gina Escobar en el Pacific Rim Medellín-2018 fueron algunos de los objetos más preciados de la historia de la gimnasia antioqueña que, debido a la pandemia, pasaron de tener un valor emocional a uno económico.
Prendas de entrenamiento y presentación, y aparatos se subastaron el fin de semana por parte de la liga antioqueña de esta disciplina para recaudar fondos y asegurar su mantenimiento en medio de la crisis que atraviesa el sector deportivo. “Reunimos 4 millones de pesos gracias a las personas generosas que pujaron en la subasta virtual. El dinero se destinará a los entrenadores de los clubes, es un pequeño aporte por parte de la Liga y los deportistas”, dijo el presidente Leonardo González.
Como esta, son muchas las estrategias que las organizaciones adelantan para sostenerse, pues la suspensión de entrenamientos y competencias los tiene sin flujo de caja.
Y es que en estos tiempos la recursividad y la creatividad afloran, pero a veces no son suficientes. Al igual que en gimnasia, la Comisión Antioqueña de Bicicrós (CAB) adelanta bingos, venta de merchandising y cursos virtuales para financiarse mientras vuelven a sus actividades habituales. “Aunque fuimos autosuficientes hasta junio, nos adelantamos con estas actividades para tener recursos y seguir pagándoles a los nueve empleados que tiene la Comisión”, expuso Jhonatan Mejía, gerente de la CAB.
Señaló que la entidad aún no solicita préstamos pero sí son beneficiarios del Paef (Programa de Apoyo al Empleo Formal) que los respalda. González, de gimnasia, reveló que la Liga que dirige aplicó para un préstamo y aunque es un alivio ahora, “es dinero para resolver una emergencia temporal y la deuda quedará”.