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El relato de la primera tenista paralímpica nacional en competir en Grand Slams

EL COLOMBIANO habló con María Angélica Bernal, la primera tenista paralímpica en competir en Grand Slams.

  • La bogotana logró la clasificación a Juegos Paralímpicos tras ganar la medalla de oro en los Parapanamericanos de Lima 2019. FOTO Getty
    La bogotana logró la clasificación a Juegos Paralímpicos tras ganar la medalla de oro en los Parapanamericanos de Lima 2019. FOTO Getty
  • María Angélica jugó en la modalidad de sencillos y dobles en el Abierto de Australia. FOTO USTA
    María Angélica jugó en la modalidad de sencillos y dobles en el Abierto de Australia. FOTO USTA
25 de enero de 2021
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La primera victoria que María Angélica Bernal tuvo en el tenis la logró frente a si misma: superó a su escepticismo, ese que no le permitía sentarse en una silla de ruedas para jugar.

Aunque nació sin su pierna derecha por una enfermedad llamada focomelia, María Angélica nunca había usado una silla para moverse ni para hacer deporte, siempre había tenido una prótesis, pero cuando tenía 11 años, un entrenador holandés que la vio jugar le recomendó sentarse.

“No quería hacerlo porque la sociedad ve limitaciones en una silla, pero fue todo lo contrario. Me encantó porque podía ser libre y súper rápida en la cancha. Es el complemento de mi cuerpo, adoro que haya llegado a mi vida", comenta la bogotana sobre ese elemento de metal con el que ha sumado experiencia y reconocimientos, los cuales la llevaron a disputar, el año pasado, su primer Grand Slam: el US Open. Ahora está ad portas de actuar en el segundo, el Abierto de Australia, que arranca el 14 de febrero.

La tenista de 25 años, clasificada a los Juegos Paralímpicos de Tokio, habló con EL COLOMBIANO desde Melbourne, donde pasa los últimos días de cuarentena antes de afrontar el torneo australiano, en el que espera dejar gratas impresiones en cancha y por qué no, pelear el título.

¿Qué vino para usted después del US Open, cómo terminó el 2020?

“Después del torneo me tocó quedarme tres semanas en Estados Unidos porque no había vuelos para Colombia, afortunadamente tengo familia en Miami y me quedé allá. Ya en el país me dediqué a adelantar mis estudios y paralelamente me preparaba para el Masters que sería en Holanda a finales de noviembre, pero dos semanas antes lo cancelaron, así que no hubo mucha competencia en 2020”.

¿Cómo logró la clasificación al Abierto de Australia?

“Yo ocupo la octava posición en el ranquin mundial y a los Grand Slams entran fijo las siete mejores del escalafón y una octava jugadora ingresa con una invitación especial. Australia, generalmente, se la da a la octava del mundo, entonces en diciembre la organización se contactó conmigo”.

Entonces esperaba la clasificación...

“Sí, yo estaba segura de que iba a entrar al Australia Open por el ranquin, pero igual tocaba esperar la invitación. Afortunadamente no entré de octava, clasifiqué de sexta porque dos chicas se bajaron del torneo así que entré directo”.

¿Ya se ha enfrentado a las rivales que tendrá en este Abierto?

“Sí, con todas ya he jugado y le he ganado a tres: Momoko Ohtani de Japón (7° del mundo), Lucy Shuker de Inglaterra (11°) y Macarena Cabrillana de Chile (12°); con las demás he perdido, pero mi nivel ha mejorado contra ellas, he tenido muy buenos partidos y espero que tanto el sorteo como mi juego me favorezcan y tenga buenos resultados”.

¿Cómo está sorteando la cuarentena estricta a la que le tocó someterse por los positivos del vuelo en el que viajó?

“Antes de que pasara eso la organización ya nos había notificado que debíamos hacer una cuarentena de 14 días, pero serían solo dos días estrictos. En los otros 12 podíamos salir cinco horas al día a entrenar. Cuando confirmaron los positivos de una azafata y un entrenador que viajaron en mi vuelo nos obligaron a hacer la cuarentena estricta 14 días, así que estoy acá en la habitación. La organización se ha portado súper bien, me ha traído de todo para entrenar, bicicleta estática, ergómetro, mancuernas, bandas elásticas. Solo falta ir a la cancha”.

¿Cómo son las medidas que ha tomado la organización del Abierto?

“Nos han hecho pruebas todos los días, afortunadamente todas han salido negativas, entonces estoy con la mejor actitud. Nos van a hacer pruebas los 14 días y después nos la harán un día de por medio. Los médicos también nos llaman dos veces al día para monitorear algún síntoma. Están muy pendientes de nosotros”.

Antes de que inicie el Abierto jugará algún torneo de preparación...

“Sí, voy a tener dos torneos aquí en Melbourne, son dos ITF categoría 3, la más alta y solo vamos a estar las ocho jugadoras que estamos clasificadas para el Grand Slam. Van a ser durísimos, espero llegar en buen nivel para afrontarlos de la mejor forma”.

Ya cumplió el sueño de jugar un Grand Slam en el US Open y llegó a las semifinales, ¿cuál es la meta ahora en Australia?

“Son torneos completamente diferentes, entonces esta es otra primera vez para mí. Espero aprender mucho porque hasta ahora estoy en el proceso de mantenerme en el top-8, aún hay chicas con las que me cuesta jugar porque son muy buenas así que todo lo tomo como un aprendizaje. El objetivo acá será tener buenos partidos y si se dan las cosas, avanzar lo que más pueda”.

¿Pero le apunta a la final?

“Es una meta alta y sé que puedo cumplirla, pero por ahora quiero ver qué pasa en el día a día. Además, también dependo del sorteo, puede que me salga una de las chicas a las que ya les he ganado como puede que me salga la número uno así que vamos con calma y con toda la actitud a ver qué pasa en la cancha”.

El US Open y Australia se juegan en superficie, dura. ¿Cómo se siente jugando en ella y en cuál es la que más le gusta competir?

“Mi superficie favorita es polvo de ladrillo, pero igual entreno en cancha dura, me siento cómoda y manejar la silla de ruedas es más fácil, así que lo aprovecharé al máximo. Mi juego cambia mucho de una superficie a otra, hemos analizado eso y mejorado movimientos así que espero un buen rendimiento”.

¿Cómo cambia su juego?

“En cancha dura el juego es más rápido, las bolas vienen rápido y tienes menos tiempo de reacción mientras que en polvo de ladrillo cuesta mucho más moverse, pero siento que a mí no me afecta tanto, la bola me da un poquito más de espacio para decidir qué es lo que quiero hacer y por eso manejo el juego más fácil”.

Cómo es la silla de ruedas en la que compite...

“Las sillas son según la discapacidad, la mía tiene el espaldar bajito, en la cintura, las ruedas van ecualizadas para que el giro sea más rápido y tiene una quinta llanta para tener más estabilidad en los movimientos bruscos y para no caerme cuando tenga que andar de para atrás”.

Usted no quería jugar en silla de ruedas, pero ahora, después de tantos triunfos en ella, ¿qué significa ese objeto para usted?

“No quería sentarme porque podía caminar y practicaba varios deportes con prótesis, además, la sociedad ve limitación en una silla, pero fue todo lo contrario. Me encantó porque podía ser libre y súper rápida en la cancha. Es el complemento de mi cuerpo”.

¿Qué le diría a las personas que usan esa palabra, limitación, para definirla?

“Que son ellos los que tienen limitaciones mentales por creer que una persona con algún tipo de discapacidad no puede lograr algo. Al contrario, somos más capaces que cualquier otra persona porque nuestra condición nos permite desarrollar otro tipo de habilidades”.

¿Qué siente al saber que le está abriendo el camino a otros tenistas paralímpicos del país?

“Es muy importante para mí porque con mis papás tengo una escuela sin ánimo de lucro que se llama Semillas sin Barreras en la que formamos a niños y jóvenes con discapacidad. Queremos dejarle un semillero a Colombia entonces siento que todos mis logros son un camino que les estoy abriendo a quienes vienen detrás de mí para que vean que no es imposible llegar a un Grand Slam o ganar un título o una medalla de oro”

21
títulos en la modalidad de sencillos tiene María Angélica Bernal, 4 ganados en 2019.
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