El nombre de Rafael Antonio Montoya es sinónimo de gallardía y éxito. Este entrenador de 57 años, oriundo del municipio de Dabeiba, al occidente del departamento de Antioquia, es bicampeón del Babytejo y enfrentó a la muerte por culpa del virus del Covid-19, saliendo vencedor del que ha sido, hasta ahora, el desafío más grande de su vida.
Ligado al tejo hace más de 20 años, el profe Montoya asegura que este deporte lo ha hecho feliz, que le ha permitido conocer personas valiosas y que le ha dado la oportunidad de saborear las mieles del triunfo en repetidas ocasiones, junto a sus niños, quienes son parte fundamental de todo el proceso que ha podido vivir.
Tras quedar campeón de la edición 2025 del Babytejo, este hombre sumó la segunda corona a su palmarés en el Festival de Festivales, después de la primera obtenida en enero de 2024, también con el equipo del municipio de Dabeiba. “Para mí es un orgullo muy grande volver a ser campeón en este torneo, que es tan importante a nivel nacional como también a nivel internacional. Gracias a Dios pude volver a ganar con mi municipio, que tanto quiero”, comentó Montoya con gran emoción.
En las categorías de 7 a 10 y de 11 a 14 años participó Rafael Montoya con el equipo de Dabeiba en el Festival de Festivales, entre el 8 y el 10 de enero, con una delegación conformada por 11 niños deportistas: seis en la rama masculina y cinco en la femenina. Obtuvieron la mayoría de podios y la consagración final, además de contar con su presencia como entrenador y la de su asistente, Carlos Alberto Hernández Mora.
Las claves del bicampeonato
En su expresión se podía evidenciar la satisfacción del deber cumplido. Un nuevo éxito que le regaló a Dabeiba, considerada como la mejor escuela de tejo, y la motivación constante para seguir haciendo historia y ayudar a sus pequeños pupilos a alcanzar sus sueños.
La preparación, cuenta Montoya, fue una de las claves para el campeonato del Babytejo. Asimismo, la dedicación y el empeño que pusieron los niños en cada entrenamiento fueron vitales para lograr los podios. “Estos son los resultados cuando un niño de esos entrena con amor, con disciplina, con mucho entusiasmo y con mucho respeto por lo que hacen”. Asimismo, resaltó el apoyo que recibieron por parte de la Alcaldía de Dabeiba, que aportó todos los gastos durante su estadía en Medellín.
El profe Montoya también se ha llevado grandes honores en campeonatos nacionales prejuveniles (de 12 a 14 años) y juveniles (de 15 a 17 años). Recientemente, en la ciudad de Manizales, el pasado mes de noviembre, obtuvo tres medallas en la disciplina con ayuda de una delegación conformada por seis deportistas de Dabeiba, uno de Envigado, uno de Medellín y otra de La Ceja. Allí se colgaron dos metales plateados y uno de oro: “eso para mí fue algo increíble, ganarme tres medallas por primera vez en una competencia como los nacionales es una felicidad muy grande”, comentó.
La batalla contra el covid
Un episodio muy difícil surgió en la vida de Rafael Antonio. La pandemia del covid-19 tocó la puerta en la familia Montoya y atacó sin aviso a este dabeibano que luchó con valentía durante tres meses.
Tres intubaciones, dos paros respiratorios, cuatro trombosis y el estado de coma, además de sufrir la amputación de parte de su pierna izquierda, hicieron parte del calvario que tuvo que vivir el profe Rafael por culpa del virus que se llevó la vida de más de 10 millones de personas en todo el mundo. Enfrentó a la muerte y salió victorioso, una historia que pocos pueden contar y una contienda que millones, infortunadamente, perdieron.
Otra oportunidad de vivir
Gracias al amor y el apoyo de su familia, se aferró a la vida con coraje y pudo superar el desafío más grande al que se ha enfrentado: “Mis dos hijas, Leidy Johana y Mayerli, estuvieron conmigo durante todo el proceso de mi enfermedad. Son mis dos bellos ángeles que Dios me regaló”, añadió Montoya. Incluso confesó que su entorno no imaginó que pudiese recuperarse y “volver a la vida”, pero el Todopoderoso y la vida tenían otros planes para él y un camino trazado que apuntaba directamente a la victoria.
Es un hombre preparado, que busca constantemente actualizarse en relación con su profesión y el deporte que le apasiona. Realizó una técnica en entrenamiento deportivo en el Politécnico de Santander y, hoy por hoy, está capacitándose como licenciado en Educación Física en el Tecnológico de Antioquia.
Aprovecha sus ratos libres para compartir tiempo con sus hermanos y sus hijas. Le gusta leer y ver noticias para estar enterado de todos los acontecimientos que surgen día a día.
Es un hombre fiel creyente en Dios. Le agradece diariamente por la segunda oportunidad de vida que le brindó y es un convencido de que el tejo es un deporte que puede transformar vidas, que desarrolla habilidades de concentración y precisión en quienes lo practican y que, más allá de ser considerado como una práctica de borrachos y vagos, aporta a los niños valores como el compañerismo, el respeto, la disciplina y el sentido de pertenencia.