El entrenador del Olympique de Lyon, Paulo Fonseca, enfrenta una posible sanción de siete meses tras un altercado con el árbitro Benoît Millot durante el partido contra el Brest, que finalizó con victoria 2-1 para el Lyon.
El incidente ocurrió en el minuto 92, cuando el VAR alertó sobre una posible mano de un jugador del Lyon. Fonseca, quien ya había sido amonestado anteriormente, reaccionó de manera furiosa al recibir la tarjeta roja, acercándose de forma amenazante al árbitro y rozando su frente con la de Millot.
Ante el comportamiento de su estratega, varios miembros del Lyon, entre ellos el capitán Corentin Tolisso, de inmediato lo separaron e intentaron calmarlo, pero el portugués no se tranquilizaba.
“Se lanzó hacia mí con una actitud intimidante y decidí expulsarlo directamente”, declaró el juez central al diario deportivo francés L’Équipe.
“Fue una actitud particularmente intimidante y agresiva, que difícilmente se puede imaginar de un entrenador profesional”, añadió Millot.
Laurent Prud’homme, director general del equipo, se pronunció este lunes sobre el accionar de Fonseca: “no estamos orgullosos de lo que mostró ayer (domingo). Fue un estallido repentino y eso no debería volver a suceder, aunque luego se disculpó”.
A pesar de sus disculpas públicas posteriores, el reglamento de la Liga de Fútbol Profesional (LFP) podría imponerle una sanción ejemplar debido a la gravedad de su conducta antideportiva. La decisión sobre el castigo se espera en el transcurso de la semana.