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Hijo de pescador y tenista sin mucho éxito: él es Nasser Al-Khelaïfi, el hombre que llevó al PSG a la gloria

El presidente del cuadro parisino es un exitoso empresario qatarí. Jugó tenis desde niño y se volvió amigo del emir de su país. Eso le dio su posición de poder.

  • Nasser Al-Khelaïfi, de 51 años, es el presidente del París Saint Germain desde que el Fondo de Inversión Soberano de Qatar adquirió el 70% de su propiedad en 2011. Su sueño siempre fue ganar la Champions. FOTO getty
    Nasser Al-Khelaïfi, de 51 años, es el presidente del París Saint Germain desde que el Fondo de Inversión Soberano de Qatar adquirió el 70% de su propiedad en 2011. Su sueño siempre fue ganar la Champions. FOTO getty
03 de junio de 2025
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Rompió una ley de su país. Tenía tanta alegría que no le importó sobrepasar el peso de la tradición que representa, que lleva –a todos lados– sobre los hombros. El qatarí Nasser Al-Khelaïfi, presidente del PSG, le dio un beso en la cabeza al arquero italiano Gianluigui Donnarumma después de que el equipo que preside ganó la Champions.

Ese trofeo plateado con forma de tinaja y dos sostenes largos, que parecen unas orejas, fue la obsesión del qatarí durante los últimos 14 años. Desde que, con ayuda del Fondo Soberano de Inversión de Qatar, compró en 2011 el 70% del PSG a cambio de 70 millones de euros, su gran objetivo fue conseguir el título que levantó el sábado en Múnich.

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Por eso, con una felicidad desbordante, hizo una demostración pública de afecto al arquero italiano, un joven de 26 años por el que apostó en 2021, cuando tenía 22, para ser el guardameta que lo acercara a la gloria eterna. En el pequeño país petrolero, los besos en público no están bien vistos: son prohibidos. Si alguien rompe esa norma puede recibir desde una multa económica, hasta ser detenido. Más si el hecho ocurre entre dos personas del mismo sexo. Ese fue el motivo por el cual el gesto de Al-Khelaïfi sorprendió.

El hombre de 51 años es la cara más famosa de Qatar en Occidente. Dirige a la cereza del pastel de ese país, el club de fútbol que le ha dado reconocimiento mundial más allá del petróleo y el gas natural – o como consecuencia de ellos–, las mayores fuentes de su riqueza.

¿Siempre tuvo éxito?

Nasser fue el primero que se bajó del avión cuando el plantel del PSG llegó a París. En la mano tenía la Copa. Hizo el camino a la pista junto a Marquinhos, capitán del equipo, con “La Orejona” en la mano. La mostró con orgullo: el niño por fin tenía el tesoro que tanto buscó. Al-Khelaïfi, de cabello oscuro bien peinado, barba sombreada, piel morena y una sonrisa entre tímida y pícara, exhibió al planeta su gran logro, como diciendo: “acá está lo que dijeron que nunca podría conseguir. Tengo el mundo en las manos”.

El presidente del PSG, ahora uno de los hombres más ricos del mundo (su fortuna está valorada en 16.000 millones de dólares), tenía pocas posibilidades de vivir su presente cuando era niño. Nació en noviembre de 1973 en Doha. Entonces, Qatar era una de las economías más pobres del planeta. Los ingresos de su población dependía, principalmente, de la extracción minera de perlas y la pesca.

El padre de Al-Khelaïfi fue pescador. Esa era una de las labores más humildes del país. Sin embargo, desde niño Nasser jugó tenis. Ahí conoció a Tamin bin Hamad Al Thani, emir de Qatar desde 2013. Se volvieron amigos. Compartieron canchas en superficies de polvo de ladrillo, duras, césped, durante mucho tiempo.

Fueron compañeros del equipo que jugó la Copa Davis entre 1992 y 2002 por su país. Al-Khelaïf es el segundo tenista más laureado de la historia de Qatar. Solo lo supera Sultan Khalfan Al-Alawi. Sin embargo, su participación en las competencias de ese deporte fue modesta.

Solo obtuvo 12 triunfos y sumó 31 derrotas en los torneos que disputó en el circuito de la ATP. Su mejor ranking fue en noviembre del 2002, cuando alcanzó el puesto 995 a nivel mundial. En los más de 10 años que se dedicó a la competencia solo acumuló premios por 16.000 euros.

¿Cómo logró tener tanto poder?

Dicen que en la vida es mejor tener amigos que plata. Nasser es muestra de ello. Su amistad con el entonces príncipe heredero de Qatar, le cambió la vida después de que terminó su carrera como tenista. Corría 2005. Habían pasado nueve años desde la primera gran exportación de gas licuado que realizó Qatar hacia Japón. Después de esa venta, el negocio de volvió rentable para los qataríes. Empezaron a tener superávit (ganancias).

Para administrarlas, crearon el Fondo Soberano de Inversión. El objetivo de esa empresa del estado era invertir para cambiarle la cara al país. Primero lo hicieron de manera interna, con nueva infraestructura. Después buscaron cambiar su visión en el mundo: hicieron negocios como el de la compra del PSG.

Al-Khelaïfi, hombre de confianza del emir, fue elegido para ocupar un lugar importante dentro de la compañía. Ahí, con el paso del tiempo, se convirtió en una pieza clave, siempre relacionado con el mundo deportivo y fundó el Fondo de Inversión para los Deportes de su país.

En 2011 compraron el PSG. Lo pusieron como presidente y director deportivo del club. Le dieron chequera abierta (y rompió el FairPlay financiero). Realizó la contratación de futbolistas de renombre. En 2013 llegó Zlatan Ibrahimovic. Luego Edison Cavani. Cuatro años después, en 2017, pagaron 220 millones de euros por Neymar al Barcelona, en la operación más alta de la historia del fútbol hasta el momento.

Con los petrodólares compraron a Mbappé y Messi. Gastaron más de 1.000 millones de euros, pero la gloria europea no llegó. Hubo necesidad de esperar a que, después de varios intentos fallidos, ficharan a Luis Enrique, este armara un equipo sin tantas figuras, pero que creía en su idea, para que Nasser Al-Khelaïfi y el país que representa desde París, lograran conquistar la eternidad: una Champions, el sueño del niño hijo de un pescador que, gracias al tenis, se volvió miembro de la familia real qatarí.

¿Cuáles son los otros cargos de Al-Khelaïfi?

El empresario qatarí no solo tiene relación con el fútbol, donde además de ser presidente del PSG, ocupa un puesto en la Uefa y es el máximo dirigente de la Asociación Europea de Clubes. También está relacionado con el tenis, deporte que practicó durante sus años de juventud. En la Federación de Tenis de Qatar tiene un puesto directivo. Además, es el presidente de la Federación Asiática de ese deporte.

Mas no solo se ha ocupado de la parte administrativa en confederaciones. También lo hace en los medios de comunicación. Al-Khelaïfi es el presidente de Bein Sports, un conglomerado que cuenta con 22 canales de televisión, de los que casi 20 transmiten señal en HD, que se dedica a las transmisiones deportivas y al entretenimiento.

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