Atlético Nacional no quiere bajar la guardia. El equipo verdolaga, líder de la Liga Betplay-1 y ya clasificado a los octavos de final de la Copa Libertadores, visitará este domingo a Águilas Doradas en el estadio Alberto Grisales de Rionegro, desde las 2:00 p.m., con la ilusión intacta de cerrar con autoridad la fase todos contra todos del campeonato colombiano.
Como si fuera poco, uno de los hombres que más ha deslumbrado en este primer semestre del año volvió a figurar entre los mejores del continente: Marino Hinestroza. El joven extremo, pieza clave en el andamiaje ofensivo de Javier Gandolfi, ocupa el segundo lugar en el ranking de los jugadores sub-23 más influyentes de la actual Copa Libertadores. Solo lo supera el argentino Maher Mauricio Carrizo, la nueva joya de Vélez Sarsfield, que con apenas 19 años ya ha intervenido en cinco acciones de gol.
Hinestroza, por su parte, ha tenido participación directa en cuatro tantos de Nacional en el torneo continental: una anotación y tres asistencias, que no solo reflejan su crecimiento, sino también la confianza que el cuerpo técnico ha depositado en él. Es el reflejo de un proyecto que combina jerarquía con juventud, y que empieza a dar frutos en momentos claves de la temporada.
Este contexto positivo le permite a Nacional mirar con calma su compromiso frente a Águilas Doradas, aunque sin caer en excesos de confianza. Pese a que el rival de turno ocupa la casilla 18 de la tabla y no tiene posibilidades de acceder a los cuadrangulares semifinales, el equipo del Oriente antioqueño está urgido de puntos para alejarse de la zona roja del descenso. No hay espacio para el relajo.
La última vez que ambos equipos se enfrentaron en Liga fue el 5 de agosto del año pasado, y el duelo terminó empatado 1-1. Sin embargo, el historial reciente favorece al cuadro verdolaga, que ha ganado tres de los últimos cinco compromisos entre ambos, con solo una victoria para Águilas y un empate.
Habrá expectativa por saber si Gandolfi decide rotar la nómina tras la exigencia internacional de las últimas semanas. Aunque es posible que algunos jugadores habituales tengan descanso, el objetivo sigue siendo claro: mantener el liderato hasta el final de la fase regular para asegurarse el codiciado “punto invisible”, ese que representa una ventaja clave en los cuadrangulares.
Para Nacional, cada partido cuenta. No hay margen para la complacencia, porque el verdadero camino al título apenas empieza a delinearse. Pero lo cierto es que llega a Rionegro con la moral en alto, el equipo en alza y una hinchada que vuelve a soñar con una temporada memorable, tanto en casa como en el continente.
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