La final de la Supercopa de Turquía duró 50 segundos. Ese fue el tiempo que se demoró el delantero argentino Mauro Icardi para marcar el único gol del partido entre Galatasaray y Fenerbache. Después de la celebración, los futbolistas del equipo que iba abajo en el marcador abandonaron la cancha en señal de protesta contra la Federación turca.
La escena fue extraña: después de que el juez central del partido pitó para que se reanudara el encuentro, los jugadores del Fenerbache no tocaron la pelota, sino que se fueron caminando hacia el camerino, alentados por uno de los miembros del staff técnico que estaba parado cerca del banco de suplentes.
La reacción de los miembros del cuadro rival fue contradictoria: algunos pusieron una expresión de extrañeza en el rostro y acompañaron los silbidos de los aficionados desde las tribuna. Otros, como Icardi, aplaudieron el gesto, que desde antes de que había sido anunciado desde antes del inicio del duelo.
“No se jugarán los 90 minutos”, dijeron los miembros del Fenerbache. ¿La razón? Ese cuadro solicitó unos días atrás a la Federación de Fútbol de Turquía que el duelo fuera aplazado para tener más tiempo de preparar el partido contra Oympiakos de Grecia del próximo jueves (11:45 a.m.) que es válido por los cuartos de final de la Conference League (el tercer torneo más importante de clubes que organiza la Uefa).
Como la respuesta fue negativa, el elenco que hace las veces de local en el estadio Şükrü Saracoğlu, ubicado en Estambul, la capital de Turquía, decidió presentarse a la final del torneo con los futbolistas del equipo sub-19. Ese fue el primer ápice de protesta.
El segundo se dio el sábado, cuando no asistieron a la rueda de prensa oficial, a la cual es “obligatorio” ir por norma de la Federación. El último, el más claro, fue el abandono de la cancha, que dejó atónitos a propios y ajenos, menos de un minutos después de que empezó el partido.
Cuando el último futbolista del Fenerbache salió de la cancha, el juez central del partido tomó el balón y marcó el final del encuentro. Galatasaray, el equipo más famoso del balompié turco, quedó campeón del torneo. Los miembros de su plantilla celebraron, un poco confundidos, el título que consiguieron mientras los pocos aficionados que quedaban en las tribunas cantaban de alegría.
Para que los hinchas no perdieran el dinero del viaje y la entrada para ver la final, que se jugó en Sanliurfa, una ciudad turca ubicada a 1.281 kilómetros de distancia de Estambul, lugar originario del Galatasaray, los futbolistas del equipo campeón jugaron un partido amistoso entre ellos como forma de compensar lo sucedido.
Las directivas del Fenerbache venían calientes, no solo con la Federación, sino con los miembros del colegio de árbitros de Turquía, debido a que consideraban que algunas decisiones que tomaron los han perjudicado.
Recientemente, los futbolistas de ese conjunto fueron agredidos por hinchas del Trabznospor mientras disputaban un partido de la Liga turca. Los hechos sucedieron el 17 de marzo y desde el Fenerbache han señalado que ese acontecimiento hizo parte de un plan sistemático para desestabilizarlos y no permitirles sumar puntos en la lucha por quedarse con el torneo local (en el que marchan segundos con 82 puntos, a dos del Galatasaray que es primero con 84).