Diego Arias suma dos partidos como técnico interino de Nacional y ya se nota el cambio en el equipo. EL COLOMBIANO dialogó con él sobre este presente y sus aspiraciones.
Cuéntenos un poquito de ese presente con Atlético Nacional, dando la mano desde la dirección técnica y tumbando registros. No le ganaban al Unión hace 21 años allá y ahora con Millonarios rompen también una racha.
“Muy contento por poder ayudar al equipo desde este nuevo rol. Hace dos semanas, con el profesor Diego Mazo, Pablo Rotolo y Milton (Patiño), estamos acompañando el proceso del primer equipo. Muy sorprendido por la disposición y la apertura para exigirse y trabajar por parte de los jugadores. Sabemos que hay mucho mérito de ellos para que cualquier intención pueda llevarse a cabo”.
¿Usted considera que está preparado para asumir el rol como técnico principal de Atlético Nacional?
”Nosotros hacemos parte de todo el staff técnico del club y, en el rol que las personas encargadas nos direccionen, vamos a estar muy contentos. Durante este tiempo he estado en diferentes categorías: por momentos en el primer equipo, en la Sub-17 y en la Sub-20. Constantemente dentro del club hay cambios dependiendo de las necesidades. En este caso estamos en el primer equipo y nos sentimos preparados. Sabemos que desde este lugar podemos aportar a los objetivos del club, conociendo las necesidades del primer equipo que, a diferencia de los procesos formativos, principalmente debe dar resultados. Queremos entregarle a la gente un equipo que compita, que luche, que pueda representar toda la pasión de nuestra hinchada. Desde este lugar sentimos que podemos apoyar y liderar de manera eficiente”.
¿El camerino de Nacional es difícil, como se piensa desde afuera?
”En todo el mundo los camerinos tienen ciertas similitudes. Son jugadores con muchísima capacidad, talento, o si no, no hubieran podido tener las carreras que tienen. Son futbolistas que saben trabajar juntos, apoyarse, liderar procesos. En Atlético Nacional hay jugadores con mucha experiencia, con recorrido en equipos muy importantes del mundo y con resultados extraordinarios. No creo que sea una plantilla ni un camerino difícil. Hay personalidades diferentes, pero en esencia son jugadores de fútbol con mucho recurso para trabajar juntos. Lo importante es acompañarlos en el proceso: el área técnica debe ayudar en todo lo que se pueda. A veces los resultados no son los que la gente espera y se buscan respuestas donde no las hay. Me ha tocado estar en grupos muy buenos, con relaciones extraordinarias, pero los resultados no se daban y desde afuera decían que no se llevaban bien. No es el caso de esta plantilla: aquí he estado con jugadores súper dispuestos, con la intención de mejorar el grupo constantemente, de liderarse, de apoyarse, y nosotros, desde el lugar donde estamos, tratamos de acompañar y ayudar en lo que más se pueda”.
¿Cuál Diego Arias vemos hoy en día? ¿Qué técnico que tuvo durante su etapa como jugador lo nutre en los aspectos tácticos y de manejo de grupo?
”Tuve la fortuna de tener grandes entrenadores. Juan Carlos Osorio llegó en un momento perfecto de nuestra etapa en Nacional. El profe Reinaldo (Rueda) llegó después para terminar de construir el equipo que logró el gran título de la Copa Libertadores, pero fue un trabajo muy importante también de la plantilla, la directiva y el proceso del profe Juan. Incluso antes estuvo el profe Sachi. Luego llegó Juan Manuel Lillo y para nosotros fue una experiencia que nos sirvió mucho: nos permitió aprender desde otro lugar, cómo se vivía, cómo se entrenaba, cómo se jugaba y cómo se competían los partidos. Sin duda, es una mezcla de muchos entrenadores y compañeros. Aprendí mucho de Macnelly, de Alexis Henríquez, de Pacho Nájera, del Lobito Guerra. Empecé a observar desde otro lugar, a admirar lo que hacían y las soluciones que daban a los problemas en los partidos. Eso me ayudó a organizar información. En mis últimos años como jugador ya direccionaba equipos, participaba en conversaciones con entrenadores, hacía análisis de rivales. Hoy aplico todo eso. Pero no es solo un mensaje mío: es un mensaje del profesor Diego Mazo, del club, del día a día. Hoy no basta con una idea de un entrenador, hay que tener en cuenta muchos detalles. El trabajo en equipo es fundamental”.
Los jugadores están hablando muy bien del trabajo que se ha hecho en estas dos semanas. ¿Cómo ganarse un camerino para estar ahí como técnico de Nacional?
”Afortunadamente estuve en el otro lado, en camerinos como el de Nacional en épocas de muchos triunfos, y también en otros con jugadores de gran experiencia. Creo que lo que más valora un jugador es la transparencia y que el cuerpo técnico les pueda ayudar. Yo siempre repito: no estamos para utilizar a los jugadores y negociar una idea nuestra, todo lo contrario: estamos para aportar, para apoyarlos en lo que pueden hacer, ubicarlos en roles que correspondan con sus características. El futbolista es muy inteligente y los de Nacional, con sus carreras, saben proponer y mejorar el equipo. Nosotros atendemos eso, no imponemos. A veces afuera se cree que los jugadores son herramientas del entrenador, pero es al revés: nosotros estamos a disposición de un grupo de seres humanos que intentan desarrollar algo. Lo más importante en el fútbol son los jugadores. Si lo hacemos genuinamente, ellos lo identifican y lo valoran. Más allá de gritar o dar discursos elaborados, se trata de conectar desde la transparencia y la intención de servir”.
¿Cómo le llega al jugador el mensaje del entrenador? Usted que tuvo esa experiencia, ¿qué recoge y aplica hoy de toda esa vivencia como futbolista?
”Muchísimas cosas. Todo lo que a uno le sirvió: mensajes de entrenadores, experiencias en partidos, experiencias de otros compañeros, habilidades que tenían otros. Fueron aprendizajes muy grandes para mí cuando jugaba y ahora, como entrenador, sin duda les doy mucho valor porque se pueden convertir en herramientas para los jugadores. Constantemente intentamos que todo eso que vivimos y aprendimos en el día a día, toda la información que tenemos a la mano hoy, si no se convierte en herramientas para los jugadores no tiene sentido y no sirve, no seríamos útiles. Entonces, todo lo que podamos tener debemos convertirlo en herramientas que los jugadores utilicen para solucionar los problemas que viven dentro de los partidos”.