Dicen que una imagen vale más que mil palabras y eso quedó demostrado el pasado miércoles en el partido entre el Real Madrid y el Cádiz por la Copa del Rey, cuando Rafa Benítez, técnico del equipo merengue, obligó al colombiano James Rodríguez a que lo saludara cuando lo sacó del juego.
El episodio, que parecía sería una repetición de los cinco partidos en los James fue sustituido o ingresó desde el banco en la temporada, fue interrumpido por el entrenador quien le puso una mano en el pecho al cucuteño que ya se dirigía hacia el banco.
El pasado fin de semana el colombiano salió molesto del terreno de juego en el partido contra el Eibar, no estrechó la mano con Benítez y tras sentarse entre los sustitutos fue captado por las cámaras de televisión tirando al suelo una botella de agua en señal de protesta.
Los medios de comunicación españoles reseñaron después del encuentro que la relación entre jugador y técnico no atraviesa un buen momento, pese a que el colombiano es una pieza fundamental el equipo merengue.
Desde que asumió el cargo de entrenador del Real Madrid a Rafa Benítez le llueven las críticas por el estilo de juego que quiere imponer, algo que no tiene muy contentos a los jugadores incluido Cristiano Ronaldo.