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Marroquín marcó ruta de la generación maravillosa

A sus 72 años y en el anonimato murió el hombre que llevó a Colombia por primera vez a un Mundial juvenil. Su legado.

  • El fútbol antioqueño y colombiano quedan con una deuda con Luis A. Marroquín, dice el técnico Hugo Castaño. FOTO archivo
    El fútbol antioqueño y colombiano quedan con una deuda con Luis A. Marroquín, dice el técnico Hugo Castaño. FOTO archivo
04 de septiembre de 2020
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El profesor Luis Alfonso Marroquín conoció a René Higuita cuando este tenía 14 años. Lo había visto entrenar en las inferiores del Medellín y lo convocó a la Selección de Antioquia, pero el “Loco” no asistió a firmar la planilla porque no era titular. Lo llamó por teléfono y le dijo: “si no viene a la Liga voy por usted con la policía”. A las dos horas apareció el arquero que desde el primer partido fue inicialista y capitán.

Esta es una de las tantas anécdotas narradas en vida por el “maestro del fútbol”, como lo llamaban sus alumnos, quien falleció este miércoles en su casa por un problema cardíaco, a la edad de 72 años. Luis Carlos Perea, Gildardo Gómez, Leonel Álvarez, León Villa y Felipe Pérez, entre otros, fueron sus frutos en los conjuntos departamentales que alcanzaron títulos nacionales juveniles en 1982 y 1983, y que más tarde engrosarían la camada que revolucionó el balompié colombiano.

Con disciplina y visión, Marroquín, un enamorado del estilo brasileño, logró para el país la primera clasificación a una Copa Mundo sub-20 en la otrora Unión Soviética, donde avanzó a segunda ronda, luego de clasificar en el Sudamericano de Paraguay. De esa camada se recuerda a Jairo Ampudia, John Jairo Tréllez, Orlando Maturana, Wílmer Cabrera, Carlos Álvarez, Eduardo Niño, John Édison Castaño y Wilson James Rodríguez.

Esa fue la primera pincelada para que, más tarde, Francisco Maturana retomara la bandera con la generación que retornó a la Copa Mundo de mayores en Italia-90.

Marroquín, hijo de Ana Rosa Osorio y Luis Alfonso, quienes tuvieron 12 hijos, quiso ser futbolista profesional (volante o zaguero) pero una lesión de rodilla frenó su paso a Millonarios, elenco al que estuvo cerca de dirigir.

Tras formarse en la U. de A. dedicó toda su vida al servicio y a forjar futbolistas y personas íntegras, como lo hizo durante muchas décadas en su escuela de la unidad deportiva de Belén, cuyas oficinas aledañas, barrio Malibú, estaban decoradas con trofeos, fotografías y diplomas que acumuló en su incansable carrera de capacitación.

“No hay muerte! Hay mudanza y del otro lado te espera gente maravillosa. El maestro se nos adelantó, lo mejor de él seguirá en nuestros corazones; vela por nosotros desde el cielo...”, escribió Higuita en su cuenta de Twitter, en una de las cientos de manifestaciones de solidaridad por el adiós del profe Marroquín, quien desde niño soñó con ser presidente de Colombia como su ídolo político Marco Fidel Suárez, pero entendió que como entrenador nacional también se podía hacer patria.

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