Mientras dedica unos días para descansar, compartir con la familia y consentirse, María Camila Osorio Serrano sacó un espacio para hablar con EL COLOMBIANO sobre su gran año en la WTA y lo que sigue en su carrera.
“Estoy destruida”, dijo entre risas la cucuteña que esperaba ir con su mamá al salón de belleza para cambiar de look y darse “cariñito”.
A su estilo, descomplicado, la jugadora de 19 años argumentó que durante la gira trató de estar lo mejor presentada posible, “pero la verdad es que estoy ‘destruida’, necesito ir a que me consientan, a volverme a sentir niña otra vez”.
Otra de las prioridades de la tenista en su agenda actual es hornear con su abuela una torta de plátano maduro, cita que ha estado aplazada por sus compromisos deportivos.
“Pedí una semana para descansar y compartir con mi familia, estar con mis hermanos y como no conozco San Andrés, quiero ir, así que seguro en mis redes próximamente verán fotos allí... (risas)”.
Tras terminar su presentación en Tenerife, donde fue subcampeona, Camila se concentrará en su pretemporada, en la que la parte física será fundamental.
“Una de las cosas que logramos definir con el grupo de trabajo es que debo tener una preparación física más intensa, ya que eso me puede ayudar para evitar lesiones y otras molestias que se pueden presentar por el agotamiento y la intensidad de la competencia. Además de los viajes, los juegos y la preparación generan un desgaste bastante alto”, mencionó.
Al hablar sobre el balance de 2021, Osorio sostiene que ha sido un año soñado, en el que todo le ha pasado de manera sorpresiva y rápido, algo que la tiene feliz.
“Empecé con la meta de meterme entre las 100 mejores del mundo y ya estoy cerca de las 50, muy pronto, súper rápido y me sorprende, pero también sé que es fruto de lo que hemos trabajado. Tengo que seguir preparándome porque los objetivos son otros, escalar en la clasificación”.